CHOCOLATE

Pequeños pueblos europeos que saben a chocolate

Hay no pocos pueblos (y ciudades pequeñas) que saben a chocolate en Europa y algunos están en España.

Chocolate a la taza

Chocolate a la tazaPixabay

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Hay pueblos que saben a chocolate y en los que resulta imposible no pensar cuando llega el otoño con sus temperaturas suaves anticipando un frío al que le sienta de escándalo el chocolate a la taza; a continuación repasamos algunos empezando por los más cercanos, los españoles, y dejamos ya a tu elección y decisión dónde disfrutarás este otoño e invierno de un rico chocolate a la taza o, dicho de otro modo, a cuál o cuáles de estos pueblos vas a viajar en las próximas semanas o meses.

En España

En España destacamos dos localidades (aunque podríamos incluir algunas más…) que tiene un delicioso sabor a chocolate y por qué: Astorga y Villajoyosa.

Chocolate a la taza
Chocolate a la taza | Pixabay

Astorga, en León

Esta localidad leonesa no solo es famosa por su catedral y por su palacio episcopal (una de las pocas obras de Gaudí fuera de Cataluña), también por su chocolate, es de hecho la cuna del chocolate en España y cuenta con un importante museo que así lo cuenta; además aquí podrás degustar un sabroso chocolate a la taza y acompañarlo por los clásicos churros o, ya que estamos en Astorga, por mantecadas u hojaldres.

Villajoyosa, en Alicante

Valor es el hogar de una de las marcas de chocolate más importantes de nuestro país sino la que más, Valor. En Villajoyosa no solo hay chocolaterías en las que podrás disfruta de un espeso y sabroso chocolate a la taza sino también un museo que cuenta la historia del cacao y el chocolate. Añadamos a esto que en Villajoyosa puedes acompañar tu taza de chocolate caliente con una coca dulce y nos sobrarán los motivos para viajar a esta localidad alicantina en otoño (e incluso en invierno).

En el resto de Europa

Claro que no solo en España atesoramos pueblos con sabor a chocolate, en Europa hay también un buen número de ellos entre los que destacamos estos: Modica y Perugia en Italia, Gruyères y Appenzell en Suiza, Brujas y Dinant en Bélgica, Baynoa y Annecy en Francia y Hallstatt e Innsbruck en Austria.

Chocolate vienés (con nata)
Chocolate vienés (con nata) | Pixabay

Modica y Perugia en Italia

Modica y Perugia, ambas ciudades de Italia (la primera al sur de Sicilia y la segunda en la región de Umbría, en la Italia continental), son famosas por su chocolate pero por diferentes razones: en el caso de Modica, su fama se fragua en sus tabletas de chocolate para hacer en casa y a la taza, aunque no pocas chocolaterías te lo sirven ya en taza, preparado y bien caliente, para que lo disfrutes a placer; Perugia por su parte es la localidad Italiana en la que se celebra el Festival Eurochocolate, uno de los festivales del chocolate más importantes de Europa, apunta la fecha: del 14 al 23 de noviembre.

Gruyères y Appenzell en Suiza

Es verdad que estas localidades, en particular Gruyères, suelen sabernos más a queso que a chocolate pero no es menos cierto que, cuando llega el invierno, en sus cafés sirven un chocolate suizo de gran calidad y muy cremoso, una delicia que con el frío y en montaña nos sabe de escándalo y nos sienta, si cabe, todavía mejor.

Brujas y Dinant en Bélgica

Que el chocolate belga goza de fama mundial lo sabemos todos pero ¿cuáles son los mejores lugares de este pequeño país para degustarlo a la taza? La fama la llevan Brujas y Dinant porque ambas están llenas de chocolaterías que sirven un delicioso chocolate caliente preparado con cacao belga de primera calidad. En Dinant, a orillas del río Mosa, suelen acompañarlo del couque de Dinant, una galleta dura y dulce.

Bayona y Annecy en Francia

Bayona pasa por ser la capital del chocolate en Francia, aquí podemos recorrer una ruta de chocolaterías disfrutando en todas ellas de un chocolate a la taza intenso, espeso y muy aromático; en Annecy, en los Alpes, en invierno el chocolate se sirve espeso y bien caliente en los cafés ubicados junto al lago.

Hallstatt e Insbruck en Austria

En Hallstatt, un pueblo alpino de postal, considerado uno de los más bonitos del mundo, se sirve el chocolate vienés, ese decir, caliente y con nata; en Innsbruck en cambio, como es zona de deportes de invierno, se sirve solo y bien cremoso para que resulte perfecto para recuperarse después de esquiar.

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