ARTE
Esta son las esculturas más bellas del mundo y dónde puedes verlas
Hay piezas escultóricas que trascienden a su tiempo y enamoran a los hombres siglo a siglo; a continuación te contamos cuáles son y dónde encontrarás.

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La belleza es como el amor, la verdad y el bien, siempre acaba por elevarse sobre todo lo demás y lo hace en cualquier ámbito de la vida y del mundo y en particular en todas las artes, también en la escultura; cuando piensas en las esculturas más bellas del mundo ¿cuáles te vienen a la cabeza? Nosotros no podemos evitar pensar, antes que en ningún otro artista, en Miguel Ángel. A continuación tienes ocho esculturas imponentes, bellísimas, perfectas, inolvidables... y dónde están expuestas para que puedas maravillarte ante ellas:
David de Miguel Ángel en la Galería de la Academia (Florencia)

Se trata de una escultura renacentista de mármol que representa a David antes de enfrentarse a Goliat; esta escultura suele considerarse como el símbolo de la perfección humana y nos hace pensar que es precisamente la belleza la que nos hace vencer a los gigantes (o a los monstruos…). Está en la ciudad bella por excelencia, aquella a la que le debemos un síndrome, el de Stendhal (el sobrecogimiento causado por la exposición a una inmensa belleza como la florentina).
La Piedad de Miguel Ángel, en la Basílica de San Pedro (Vaticano)

Esta imagen de la Virgen sosteniendo a Cristo muerto, la madre con el hijo muerto en brazos, es de una belleza brutal y conmovedora gracias no solo a lo que muestra, que también, sino al virtuosismo técnico del que hizo gala Miguel Ángel al tallarla. Está en la Basílica De San Pedro y, aunque es cierto que al verla en un entorno tan grande y sobrecogedor, te parecerá pequeña pero cuando estés frente a ella olvidarás dónde estás y no podrás apartar los ojos y la emoción de ella.
El Moisés de Miguel Ángel, en la Basílica de San Pietro in Vincoli (Roma)

Seguimos con Miguel Ángel porque no puedes pasar por Roma sin acercarte a ver a su Moisés en la Basílica de San Pietro in Vincoli, aquella estatua a la que el propio Miguel Ángel (cuentan…) golpeó en la rodilla exigiéndole que hablara, así de auténtica y real parecía (y parece) la imagen a pesar de ser una talla de mármol.
El Pensador de Rodin, en el Museo Rodin (París)

Rodin ocuparía con Miguel Ángel el paraíso de los escultores (si éste existiera, claro); su pensador es una pieza imponente, se trata de una figura humana en profunda reflexión que nos recuerda que somos el único animal pensante, reflexivo, intelectual… Está en el museo que lleva su nombre, Rodin, en París.
El Beso de Rodin, en el Museo Rodin (París)

Y ya que estás en el Museo Rodin, presta también toda tu atención al Beso de Rodin: una escena de amor y pasión de origen literario pues se basa en la historia de Paolo y Francesca contada por Dante en su Divina Comedia.
Venus de Milo, en el Museo del Louvre (París)

Nos vamos más atrás, mucho más atrás, en el tiempo pero lo hacemos sin abandonar París; en el Museo del Louvre está la Venus de Milo, una escultura griega helenística que representa a Afrodita (sin brazos), que era el ideal de la belleza griega y por ende de la belleza clásica.
Nike de Samotracia, en el Museo del Louvre (París)

También en el Museo del Louvre está la Nike de Samotracia, una escultura de una Diosa alada de la victoria que transmite un dinamismo y un movimiento que parece impropio del material sobre el que se ha tallado.
Lacoonte y sus hijos de la Escuela de Rodas, en los Museos Vaticanos

Se trata de una escena dramática de lucha entre un sacerdote troyano y unas serpientes marinas, es de la Escuela de Rodas, la puedes ver en los Museos Vaticanos y hacerlo, además, sabiendo que se trata de una obra casi perfecta, por no decir perfecta, del helenismo.
El Éxtasis de Santa Teresa de Bernini, en la Iglesia de Santa Maria della Vittoria (Roma)

Es una escultura barroca de intensa mística (religiosa) y cabe que incluso teatral; se trata de un trabajo de Gian Lorenzo Bernini que puedes ver en la Iglesia de Santa Maria della Vittoria, ubicada en la ciudad eterna, en Roma.
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