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¿Qué es la fibrosis pulmonar, la enfermedad que padece la princesa Mette-Marit de Noruega?
Se trata de una patología crónica que endurece progresivamente los pulmones, dificulta la respiración y, en los casos más avanzados, puede hacer necesario un trasplante pulmonar.

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La Casa Real de Noruega ha anunciado el empeoramiento de la princesa heredera Mette-Marit. A su 52 años, lucha contra una fibrosis pulmonar, una enfermedad respiratoria que sufre desde 2018.
La fibrosis pulmonar es una enfermedad que afecta directamente a los pulmones y que provoca que su tejido se vaya endureciendo con el paso del tiempo. Este endurecimiento (el tejido pulmonar se daña) se debe a la aparición de cicatrices en el pulmón, lo que hace que pierda elasticidad y funcione cada vez peor. Como consecuencia, al organismo le llega menos oxígeno del necesario, algo que termina afectando al día a día de quien la padece.
En una persona sana, los pulmones se expanden con facilidad al respirar. Sin embargo, cuando aparece la fibrosis pulmonar, esa capacidad se reduce, por lo que respirar cuesta más, especialmente durante el esfuerzo físico. Actividades tan cotidianas como caminar rápido, subir escaleras o cargar peso pueden resultar agotadoras.
Los síntomas más habituales de esta enfermedad suelen aparecer de forma progresiva. La falta de aire es uno de los primeros avisos, junto a una tos seca que no desaparece con el tiempo. A medida que la enfermedad avanza, el cansancio se vuelve constante y las tareas diarias pueden requerir cada vez más esfuerzo.
En muchos casos no se conoce con exactitud la causa de la fibrosis pulmonar. Puede aparecer sin un motivo claro, aunque también puede estar relacionada con enfermedades autoinmunes, la exposición prolongada a sustancias tóxicas, algunos tratamientos médicos o infecciones previas. Puede afectar a personas de distintas edades, aunque es más frecuente en adultos.
Aunque no tiene cura definitiva, existen tratamientos que ayudan a frenar su progresión y a mejorar la calidad de vida del paciente. Estos tratamientos buscan aliviar los síntomas y ralentizar el deterioro de los pulmones. En los casos más graves, como el que se está valorando ahora mismo con Mette-Marit, el trasplante de pulmón puede ser una opción.
La fibrosis pulmonar es una enfermedad seria, pero su evolución puede variar mucho de una persona a otra. Por eso, el diagnóstico temprano y el seguimiento médico son fundamentales para controlar su avance y adaptar el tratamiento a cada caso.
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