Desde la documentación de Manglano a las declaraciones del controvertido Villarejo en 'Salvados' son muchas las fuentes que hablan de los vídeos y las conversaciones grabadas durante los encuentros que tuvo con Bárbara Rey, ya sea en el chalet de la calle Sextante en Aravaca o en la casa de la actriz en Boadilla del Monte. Así se recoge en 'Los años bárbaros', el último episodio de la serie documental 'Una Vida Bárbara'.

De nuevo, el periodista de investigación Javier Chicote confirma que en los documentos de Manglano hay una anotación de 1996 en la que se habla de la existencia de tres vídeos, uno en el salón y dos en el dormitorio. "El rey está grabado en una situación comprometedora”, explica. Y Chicote añade que en esos archivos “se habla de su existencia, pero no de cómo fueron captados". En una entrevista de Jordi Évole al excomisario José Manuel Villarejo en el programa 'Salvados', éste aseguraba que las grabaciones que existen han sido "realizadas por el CNI" y que "la filtración a la prensa se produce después de algunos desencuentros con el general Manglano". Chicote también explica que hay documentación que habla de conversaciones grabadas en las que “se le escucha hablar de gente, era un tema extremadamente delicado”.

Bárbara Rey niega que ella grabase vídeos de sus encuentros con el rey y asegura que "allí (refiriéndose al chalet de Aravaca) estaba todo lleno de cámaras y deben tener lo que no está escrito". Lo que sí reconoce la actriz es que ella tiene "dos o tres conversaciones pero no todas esas barbaridades que dicen". "Entre otras cosas, él en el contestador automático me ha dejado cantidad de grabaciones de todo el itinerario que estaba haciendo con el barco o que iba a aquí o allí y yo lo he borrado todo", asegura.

Rey cuenta que ella tenía instalados dispositivos de escucha telefónicos para grabar a su exmarido y poder llevárselo al abogado. "Yo lo tenía instalado en el teléfono y podía darle a grabar o no y hubo dos o tres conversaciones que me parecieron interesantes y las grabé, pero no toda esa historia que dicen, ni esa parafernalia", explica en la docuserie. Ella era además consciente de que su teléfono estaba pinchado y asegura que "en la bajada hacia su calle en Boadilla siempre había una furgoneta aparcada con un montón de antenas estrambóticas para captar todo lo que se hablara".

La actriz explica que al rey no parecía importarle que le grabaran: "Él iba creyendo que podía con el mundo", dice. Y era ella quien muchas veces le decía que no dijera según que cosas por teléfono porque les grababan: "Algunas porque eran comprometidas socialmente y otras a nivel sentimental". Bárbara Rey tenía la sospecha de que les grababan también por los ruidos sospechosos que hacía el teléfono, algo que confirma también su hermana. Y la prueba ya llegó cuando escuchó a los agentes encargados de las grabaciones en una ocasión en la que al colgar se le había olvidado decirle algo al rey y mantuvo el auricular descolgado. En ese momento se oyó "para el magnetofón y no grabes más que ya ha terminado de hablar". Rey asegura que no se pudo contener y les dijo "sois lo más tonto que hay en este país y parece mentira que estéis ahí por orden de los servicios secretos de nuestro país y sois unos pedazo de burros".

Al margen de la anécdota, sí que cuenta que se cabreó cuando, sabiendo que era ilegal que la grabasen y la escuchasen, ella ya siente que se "están cachondeando, se están riendo y la están (hablando mal) puteando". Y explica que cuando comenzaron las amenazas sí que hizo algunas grabaciones, pero "no de él".

Corría ya entonces el año 1997 y es cuando ella decide denunciar públicamente "el acoso" que está recibiendo y las amenazas de muerte hacia ella y hacia sus hijos. La cuestión adquirió entonces un cariz siniestro, se habla de manipulaciones de vehículos y todo el asunto que hasta entonces era solo un rumor es comentado abiertamente aunque se sigue evitando en todo momento mencionar al rey. Llega entonces el famoso momento en que desde las altas esferas se evitó la comparecencia de la actriz en el programa 'Tómbola' para contar su verdad. Su historia fue silenciada y aunque posteriormente ha podido contar algunas cosas en varias ocasiones, 'Una vida Bárbara' se ha convertido en la ocasión para apropiarse del relato y contar su vida en primera persona.