'Una vida Bárbara', la serie documental que puede verse completa en ATRESplayer PREMIUM, repasa otra etapa polémica de la vida de Bárbara Rey cuando ya divorciada y con la custodia de sus hijos debe empezar desde cero para recuperar la exitosa carrera que abandonó al casarse. No es lo único que retoma de su pasado, ya que después de algunas llamadas también decide volver con el rey pensando que "él habría cambiado". Sin embargo, no es así y la actriz vuelve a llevarse una decepción al comprobar que él no piensa en ella, ni la ayuda a pesar de los malos momentos económicos que atraviesa.

El archivo del que fuera director del CESID entre 1981 y 1995, Emilio A. Manglano, contiene mucha información sobre la historia de España en esa época y en ella aparece involucrada Bárbara Rey. Javier Chicote es el periodista de investigación que ha estudiado el archivo de Manglano y explica en la docuserie que en 1994 el rey le comunica al jefe de la inteligencia que han llegado a Zarzuela dos diapositivas en las que él le toca el pecho a la actriz. Manglano le confirmará al monarca que se trata de un chantaje y en posteriores anotaciones se cuenta, la manera en que se va a pagar la cantidad total de 600 millones de pesetas a Bárbara Rey para que guarde silencio. La vedette, sin embargo, asegura que a ella “no le ha llegado ese dinero”.

En los documentos del archivo no se menciona el nombre de Bárbara Rey directamente, si no que cuando se refieren a ella se utiliza el término clave de la Pariente. Chicote expone que la razón de llamarla así podría ser la coincidencia de que su apellido sea Rey. "La Pariente era el nombre que utilizaban para evitar decir Bárbara Rey, no sé si será un juego de palabras con el apellido artístico Rey y el rey". En esos archivos que son importantes, tal y como asegura Chicote, porque no son unas memorias sino que se trata del registro diario no solo aparecen referencias a Bárbara Rey, también se habla de "la de Mallorca" en alusión a Marta Gayà con la que el rey también mantuvo una relación.

Bárbara Rey niega que le pagaran por guardar silencio y pide que le enseñen pruebas de ingresos en su cuenta de las cantidades que se mencionan en esos documentos, en esos libros. "Dicen que ellos han comprado mi silencio y ¿por qué no lo han seguido comprando? Yo no he hablado porque yo no he querido, pero estoy cansada de la cantidad de gente que habla de mí y que se llena el bolsillo diciendo barbaridades que son mentira", dice con contundencia. "Yo no quiero que digan y digan, yo quiero que demuestren los 600 millones en Luxemburgo y que el otro demuestre los 300 millones de distintas empresas también, que me enseñen las cuentas, hay que llevar los papeles".