A veces las cosas se pueden torcer en el momento menos pensado. Es lo que ha debido pensar el dueño del vehículo del vídeo, que llamó a una grúa para poder sacar su coche de un terraplén.

Como cuenta Miki Nadal, en el vídeo podemos ver como el coche llega hasta el suelo arrastrado por el cable de la grúa. Una maniobra que, aparentemente, culmina con éxito. Pero nada es lo que parece. El vehículo sigue con su avance y termina despeñándose por un barranco ante la estupefacción de su dueño que tan solo repite: "no puede ser".