"En la Copa del Mundo, las españolas estábamos solas, en condiciones muy difíciles, sin fisio, entrenador ni ningún tipo de apoyo", confiesa. "En estas condiciones, estos récords tienen un significado muy especial. Ha sido una semana bastante intensa, y la recompensa ha valido la pena".

Mireia se queja del maltrato que sufre su deporte: "La natación es un deporte muy minoritario, y a veces tenemos que ir a competir sin entrenador y sin el equipo necesario para hacer una buena competición".

La nadadora española es consciente de la situación en el país, y es que "el deporte no es ajeno a la crisis que estamos sufriendo". Aunque sabe que hay deportes que están peor, está convencida de que "la natación está muy mal. En estas condiciones, si conseguimos resultados es porque tenemos muchas ganas", confiesa.

Mireia está estudiando una carrera porque no cree que se pueda vivir del deporte: "Ahora mismo tengo una beca en el Centro Deportivo San Cugat, pero en un futuro es imposible vivir del deporte. Las becas ADO es lo único que tenemos en los deportes minoritarios, y gracias a ellas podemos subsistir".

¿Cuál es la clave del éxito? Mireia lo tiene claro: "La constancia y la capacidad de sacrificio". Confiesa que no le gusta levantarse "a las 5 de la mañana, pero tengo que hacerlo para tener horas para entrenar".

La deportista no es ajena a la crisis: "Pediría a los dirigentes de todos los partidos que se unieran para poder salir adelante porque la gente lo está pasando muy mal".

En sus viajes por el mundo, Mireia ve "muchos españoles que tienen que irse a trabajar a otros países. Estamos dejándolos ir y aquí harían mucha falta. Se ven obligados a emigrar en busca de trabajo porque aquí está un poco escaso", se lamenta. "Creo que deberíamos retener al producto nacional, los jóvenes tenemos mucha iniciativa y hay que aprovecharla para salir de la crisis".