"En España la meritocracia no existe porque lo que importa es qué amigos y relaciones tienes". Con esta rotundidad se ha expresado el economista Gonzalo Bernardos en laSexta Xplica, donde ha revelado detalles de su pasado: "Yo dormí con mi tía hasta los 14 años y hasta los veintipico acompañado del frigorífico porque no había más".
"Nunca tuve una mesa para poder estudiar, tenía que hacerlo en la mesa del comedor", ha asegurado Bernardos, quien ha afirmado que fue "un niño de aquellos que pudo tener un ascensor social". "En los años 80 y principios de los 90 la situación era muy diferente, pude mejorar mi nivel de vida respecto al de mis padres".
Sin embargo, ha lamentado que de tener 20 años en la actualidad "seguramente no podría haberlo hecho, y esto es una grandísima desgracia en España".
Más Noticias
- El sorpresivo ataque de un pájaro a un chico que intenta fotografiarle: "Está harto de los paparazzi"
- El viral manguerazo de este trabajador de la limpieza a una mujer en las fiestas del Pilar: "Ella le lanza una lata de cerveza"
- La reacción de Miguel Ángel Campos a la decisión judicial que permitió la fuga del líder de la 'Mocro Maffia': "Incomprensible"
- Gerard Piqué enfada al alcalde de un pueblo de Bolivia por un comentario sobre el concierto de María Becerra: "A ver quién va a Bolivia"
- Martínez-Vares recuerda unas palabras de MAR: "Si quieren hablar de la pareja de Ayuso, hablaremos de la mujer del presidente"
En España más del 80% de la riqueza se hereda, ha recordado Bernardos, quien a la vez ha criticado que políticos y empresarios "dicen que está muy bien la Formación Profesional". "Pero ¿por qué es muy difícil ver a un hijo de un gran empresario o de una persona que tiene mucho dinero ir a la FP?", se ha preguntado. Puedes ver la intervención completa en el vídeo superior.
Una positiva y otra negativa
Camarero muestra las dos caras del turismo en España: récord en turistas mientras continúa la precariedad
El turismo siempre ha sido uno de los puntos centrales de la economía española, un sector que tiene dos caras. Una con cifras récord que van en aumento, mientras la otra muestra la precariedad que existe.