Después de las elecciones autonómicas y municipales del 28M surgieron los gobiernos de coalición de PP con Vox, unos pactos en los que los de Santiago Abascal lucharon por quedarse con las consejerías con los sobrenombres agricultura, ganadería o rural. 

El líder de la ultraderecha ha defendido desde los inicios de la formación que es "muy importante apoyar el modo de vida en los territorios rurales en España", un argumento que los expertos entienden de otra manera.

Para Máriam Martínez Bascuñán, profesora de Ciencia Política de la UAM, "la ultraderecha lo que nos está diciendo es que frente a los urbanitas que no van a pagar esos costes de la transición energética están los que viven en las zonas rurales que son en realidad los que están pagando la transición energética". Es una vía también para dividir socialmente.

Pero esta "obsesión" por el campo se explica porque necesitan, y mucho, el voto del mundo rural. "Ellos han hecho bandera de la defensa del campo, de la ganadería, de los toros y por tanto ellos intentan rentabilizar su llegada a los gobiernos autonómicos a través de esas políticas relacionadas", explica el periodista Pedro García Cuartango.

Anna López, especialista en extrema derecha, asegura que este discurso que está desarrollando Vox hacia los agricultores y ganaderos "ya tiene buenos frutos electorales porque conecta con esa percepción de un sector de la población que está desencantado porque las políticas actuales no responden a sus problemas".

Para esto, Vox ha tirado de perfiles con sorpresa, como Letizia Sanchiz, hoy directora general de Agricultura en Valencia y que todavía tiene cargos en la empresa familiar de Grupo Sanchiz. Se trata de un conglomerado de negocios ligados al mundo agrícola o ganadero. 

La familia de María del Camino Limia también se dedica a la ganadería. Es la actual consejera de Gestión Forestal de Extremadura, y obtuvo el cargo cuando se había hecho famosa por sus insultos al ministro Alberto Garzón, al que tildó de "ignorante" o "monigote".