La empresa alemana Volkswagen consiguió el gran reto de conquistar el mercado estadounidense con una producción europea gracias a la venta de coches que consumían mucho menos que los producidos en EEUU.

A base de anuncios en los que vendía al público prestigio y fiabilidad, la empresa automovilística consiguió exportar la marca 'made in Germany'.

Decadas después, Volkswagen sigue convenciendo a los americanos a través de sus anuncios de que su fama está justificada por el poder de su 'ingeria alemana', y por eso no sólo está en juego la marca de coches, sino la propia marca Alemania.