El miércoles 16 de enero se descubre el primer escándalo: Luis Bárcenas, ex gerente y ex tesorero del Partido Popular, acumula hasta 22 millones de euros en un banco suizo. El primero en dar la cara es el vicesecretario General del PP. Las preguntas le superan. Poco después, el partido diseña una respuesta común, la indignación. Entra en escena Esperanza Aguirre.
El viernes 18 llega el gran golpe de la semana. El diario ‘El Mundo’ asegura que "Bárcenas pago sobresueldos en negro durante años a parte de la cúpula del PP". El huracán le coge al partido en la intermunicipal de Almería y 3 palabras suenan sin parar: “No me consta”Hasta el diario ‘ABC’, férreo defensor del Gobierno, exige en una dura portada que el PP dé explicaciones. Asimilada la noticia, los dirigentes establecen la estrategia a seguir: evitar negarlo para dar una imagen positiva de firmeza. Del "Cada que uno aguante su vela” de María Dolores De Cospedal al "Caiga quien caiga" de Esperanza Aguirre.
Al día siguiente aparece Rajoy y laSexta le pregunta: "Sr. Rajoy, ¿Hubo sobresueldos en negro?". Y el responde: "Sí, hombre" Ya ante su público, y con el papel delante, lee la versión oficial. "No me temblará la mano", aseguraba.
Pero el lunes 21 la situación se agrava. Jorge Trías, antiguo diputado del PP, lo confirma: "Se entregaban sobres con dinero en efectivo". Se rompe la estrategia del PP, que tiene que salir a la defensiva. Al día siguiente entra en escena Angel Sanchís, también extesorero del PP. Según el diario ‘El Mundo’, este documento prueba que Bárcenas le envió a Suiza a vaciar su cuenta.
El miércoles, al ministro Montoro le piden explicaciones en el Congreso, con nombre y apellido. Luis Barcenas. Y tarda 2 horas y 24 minutos en pronunciar la palabra clave. Finalmente, este viernes, Mariano Rajoy acepta la primera pregunta sobre el escándalo. Pero le falla la memoria. "No me acuerdo", responde cuando le pregunta cuándo vio por útima vez a Bárcenas.
Tras 10 días de escándalos, no hay dimisiones. La dirección se atrinchera y ordena una investigación interna y otra externa de las cuentas. Pero el caso Bárcenas amenaza con continuar.