Antes de ganar su primer Goya, Antonio de la Torre era simplemente Antonio, un joven malagueño que participaba en tertulias de televisión y tenía complejos con un acento que suavizaba. "Cuando empecé mi carrera como periodista y actor, había una especie de autocensura o una idea no escrita de que tenías que quitarte el acento para hacer cualquier prueba o personaje", explica a laSexta Columna.

El intérprete comenta en el vídeo sobre estas líneas su experiencia con la glotofobia, o discriminación a causa del acento, y recuerda con humor cómo fue su primer papel en la serie 'Lleno, por favor', donde daba vida a un 'punky cañí' con poco acento malagueño.

Hoy en día, de la Torre afirma que "he llegado a un punto en que si no está especificado, no me planteo tener que modificar el acento": "Cuentas una historia que transcurre en Madrid, pero perfectamente puede estar un andaluz ahí viviendo, pues tu haces tu papel en andaluz y ya está", apunta.