En Salvados
"La vida merece la pena, no estás desprotegido": el mensaje que Elvira Lindo repite a su pareja, Antonio Muñoz Molina, con depresión hace un año
"La vida merece la pena. Estás protegido. Tienes muchas cosas que merecen la pena. No te va a pasar nada más allá de la depresión". Elvira Lindo relata en Salvados cómo es acompañar a su marido, Antonio Muñoz Molina, en su camino para salir de la depresión.

Gonzo lanza una pregunta directa a Elvira Lindo y Antonio Muñoz Molina en este cuarto programa de la nueva temporada de Salvados: "Como pareja, ¿podríais dar consejo a alguien que os esté escuchando y pase por la misma situación?". El afamado escritor fue diagnosticado con depresión hace un año y su pareja, la también novelista, es un apoyo fundamental en su camino para salir de ella.
Después de 35 años juntos, Elvira conoce a Antonio como la palma de su mano. Es por ello que no tardó en darse cuenta de lo que le estaba ocurriendo y le animó a buscar ayuda profesional. De lo personal, se encarga ella. Su trayectoria los ha llevado por ciudades y países de medio mundo y ambos han terminado encontrando su lugar en Ademuz, un pequeño pueblo de la llamada España vaciada con poco más de mil habitantes. Allí, donde nació la madre de Lindo y donde ella misma pasó parte de su infancia, han hallado la calma que buscaban.
Ese rincón se ha convertido en un refugio para la pareja, especialmente ahora que Antonio atraviesa por este proceso. Con la ayuda de médicos, el contacto con la tierra a través de su huerto y, sobre todo, la dedicación de Elvira y el cariño de su familia, comienza a recuperar el equilibrio.
La otra cara de la enfermedad
Elvira Lindo reconoce que convivir con la depresión de su pareja no es sencillo. "A veces te sientes vulnerable porque piensas: 'Esto está tan cogido con alfileres que como me pase cualquier cosa, no sé si yo me voy a hundir'. [...] Mucha gente me decía: 'Tú cuídate'. Y yo pensaba: '¿Y eso cómo se hace?'".
Subraya, además, la diferencia entre la labor de los profesionales y la de quienes acompañan en el día a día: los psiquiatras no están presentes 24 horas, pero la pareja sí. Y en ese rol, explica, se convierte en quien recuerda lo esencial: "La vida merece la pena. Estás protegido. Tienes muchas cosas que merecen la pena. No te va a pasar nada más allá de la depresión", recita casi como un mantra delante de su marido.
Pero no siempre basta con la ternura. A veces, dice Lindo, es necesario ser firme y decir "haz un esfuerzo. Hazlo por mí'". "Quizá suene poco psiquiátrico, porque al enfermo nunca hay que presionarle, pero creo que hay momentos en los que sí es necesario. Eso es muy poderoso: esa orden clara, terminante, de decir: 'Esto no puede seguir así. Hazlo porque tienes que hacerlo'", explica.
El aprendizaje de Antonio
Por su parte, Antonio Muñoz Molina comparte lo que ha aprendido en este camino. Para él, la clave está en atender a lo cotidiano con el mismo cuidado con el que se aborda una obra literaria: "En la vida cotidiana, en la pareja o en cualquier relación, hay que poner la misma atención y el mismo cuidado que pones en tu trabajo".
Ese cuidado, añade, abarca desde lo más sencillo -cómo se mantiene la casa, cómo se trata a quienes se tiene cerca- hasta lo más íntimo. "Ese cuidado no se improvisa, tienes que aprenderlo. Y no te lo enseñan en ninguna parte", reflexiona.
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