Protestas internacionales
La respuesta de la Casa Real al padre de Baena, el último fusilado del franquismo, tras pedir clemencia para su hijo al príncipe Juan Carlos
El padre de Xosé Humberto Baena intentó hasta el último momento que el régimen conmutara la pena de muerte de su hijo, pero todos sus intentos fueron en vano, aunque llegó incluso a ponerse en contacto con el entonces príncipe Juan Carlos.

A pesar de que las únicas pruebas en contra que había contra Xosé Humberto Baena era una declaración autoinculpatoria que firmó él mismo después de llevar días sometido a la tortura policial y de que una testigo asegurara que el autor material del disparo no había sido él, el miembro del FRAP fue condenado a muerte en un consejo de guerra -siendo él civil- y se le aplicó una ley antiterrorista que entró en vigor después de que ocurrieran los hechos.
Baena fue acusado de asesinar al policía Lucio Rodríguez Martín en el atentado de la calle Alenza, el primero perpetrado por el Frente Revolucionario Antifascista y Patriota, que acababa de decidir entrar a la lucha armada en contra del régimen.
Cuando se cumplen 50 años de aquellos acontecimientos, el programa dirigido y conducido por Gonzo reconstruye su historia, que provocó el repudio de la comunidad internacional.
La reacción de la familia tras la sentencia
La familia supo de la sentencia definitiva de la condena a muerte de Xosé Humberto a través de la televisión, recuerda Flor Baena, su hermana, en este reportaje. "No tuvimos nada, ninguna comunicación oficial que nos dijera nada", lamenta. La mujer recuerda cómo golpeó la noticia en su casa. "Mi madre estaba desquiciada, no hacía más que llorar. Mi padre estaba más sereno porque guardaba la compostura por ella, para disimular, pero también estaba destrozado. A pesar de todo, no creíamos que lo fueran a matar", asegura.
El padre de Xosé Humberto hizo todo lo que pudo para que su hijo no fuera fusilado. Incluso escribió una carta al por entonces, príncipe Juan Carlos, quien, pocos meses después se convertiría en el rey Juan Carlos I, tras la muerte de Franco.
La respuesta de la Casa Real
"¿Le contestó el rey Juan Carlos a la carta a tu padre?", quiere saber Gonzo. Flor asiente y lee la misiva que recibió como respuesta.
"Mi estimado amigo: su Alteza Real, el príncipe de España, ha recibido el escrito que le ha dirigido y ha encargado a esta Secretaría que lo estudie con el mayor interés por si existiera alguna posibilidad de ayudar a su hijo. Así lo hemos hecho, pero, lamentándolo mucho, tenemos que comunicarle que la solución al problema que plantea se sale de nuestras atribuciones, por lo que nada podemos hacer para favorecerle. Siento muchísimo no poder darle mejores noticias y quedo suyo atentamente y afectísimo amigo, Alfonso Armada y Comyn, general de Artillería.
Protestas internacionales contra las ejecuciones
"Hubo protestas internacionales. Incluso a Olof Palme, el primer ministro de Suecia, se le vio con una hucha pidiendo dinero en solidaridad con los presos políticos en España. Hubo manifestaciones en muchas capitales europeas e incluso el papa de Roma, Pablo VI, en ese momento, tomó partido", cuenta Roger Mateos, periodista y autor de 'El verano de los inocentes'.
El papa tomó partido para pedir clemencia e intentó contactar directamente con Franco. "Y eso es algo muy chocante para el régimen franquista, porque se suponía que Franco estaba al frente de un Estado nacional católico y recibir una petición del papa de Roma de ese calibre lo descolocó, descolocó al régimen". Eso les sentó "realmente mal".
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