Tras la denuncia de dos personas, la policía de Murcia pone en marcha la Operación Travieso. Esta investigación quiere comprobar la veracidad de una denuncia sobre un supuesto proxeneta que le acusa de explotación sexual de travestis, vejaciones sexuales y tráfico de drogas. Los agentes, con una orden judicial, revisan la casa donde se ejerce la prostitución y recaban pruebas y se entrevistas con las travestis y hombres que trabajan en el local.

Los agentes de la central de llamadas del CNP, H 50, coordinan con la patrulla la llamada de un ciudadano que está viendo como parece que un grupo de jóvenes intenta robar en un bar cercano a su casa. La conversación entre el agente, el denunciante y los patrulleros se produce de forma simultánea para agilizar la actuación policial.

La patrulla del grupo de atención ciudadana es avisada por la central de un supuesto episodio de malos tratos en la calle. Cuando llegan al lugar de los hechos, dos hombres están heridos se han agredido mutuamente. Las razones de la pelea son contradictorias, mientras uno de los implicados afirma que ha intercedido en una pelea de pareja, el otro afirma que era el primero quien estaba acosando a su pareja.

Unos padres denuncian la desaparición de su hija. Una vez localizada, los agentes que cubren la intervención deben mediar entre padres e hija para averiguar las razones de la fuga e intentar convencerla de que vuelva con sus progenitores. Más allá de la propia intervención policial, los agentes deben mostrar sus conocimientos psicológicos para esta mediación ciudadana.