Nati dirige A Cañada y es la exmujer de 'el rey del cachopo', apodo con el que se conocía a César Román Viruete. Su fama subió como la espuma gracias a la apertura de cinco locales y una franquicia en Madrid, pero terminó acosado por las deudas y desapareció en el verano de 2018 tras el hallazgo del cadáver de su pareja en una de sus naves y después de vaciar sus cuentas. Finalmente fue detenido en Zaragoza.

La dueña del restaurante A Cañada acudió en su momento al programa Pesadilla en la cocina para reflotar el negocio. Recordamos el paso de Alberto Chicote por un restaurante que resultó ser un fraude: ni tenía 125 años, ni sus premios eran actuales, ni su fabada era casera.

Al probar la comida del restaurante no hay ningún plato que convenza al chef de Pesadilla en la cocina y encuentra sospechosamente reconocible el sabor de la fabada que en la carta venden como casera y que, al parecer tantos premios atesora. Chicote estalla cuando al decirle al camarero que "tiene la sensación de haber comido la fabada más veces" este le reconoce que el plato estrella del asturiano es de lata.

Por si no era suficiente con la confesión del camarero, Alberto Chicote encuentra las pruebas del delito. En la basura todavía están las latas de los callos y de la fabada. Pero eso no es todo y el chef se pregunta si en A Cañada todo el mundo miente, cuando saca una montaña de mugre de los fuegos que le decían que habían limpiado solo un día antes.

Durante el primer servicio que presencia en A Cañada, Chicote confirma los problemas del restaurante. Los clientes devuelven los platos por la mala calidad del género y Nati estalla contra Begoña, la cocinera.

Para encauzar la situación del negocio, Alberto Chicote cita muy temprano a Nati para ir a buscar producto de calidad a Mercamadrid. El chef aconseja a la dueña que "se preocupe de que lo que sirve sea siempre lo mejor y de no engañar al cliente".

Aprovechando el producto fresco, Chicote muestra al personal de A Cañada la diferencia que se logra al preparar platos caseros y les enseña la espectacular receta de un verdadero cachopo asturiano.

En un nuevo servicio en el restaurante Chicote se sorprende por las carencias del equipo de cocina. "Nunca pensé que tendría que explicar a un cocinero cómo cortar perejil", asegura.

Durante ese servicio, los cocineros parecen despreocupados ante la devolución de los platos por parte de los clientes. De hecho, no hacen más que poner excusas, pero a Chicote no se la cuelan: "Begoña, cuéntale películas a otro", se enfada.

Con la reforma de A Cañada, el chef de Pesadilla en la cocina busca la transformación del negocio en un verdadero asturiano. Desde la decoración a la nueva carta están mucho más impregnadas del toque asturiano para conseguir un gran éxito.

El servicio de reapertura del restaurante no empieza con buen pie, pero finalmente el personal tira de profesionalidad y Begoña ejerce de líder para sacar adelante el servicio. La celebración con un culín de sidra es buena señal.