Llega el momento de la verdad. El paladar de Alberto Chicote se enfrenta por primera vez a la comida que sirven en El Palomo. Su primera toma de contacto deja mucho que desear al chef. Entre la cubertería, que califica como "la más barata y la peor" y el salpicón de marisco que lleva palitos de surimi, de los que Chicote considera "que no puede haber cosa más horrorosa en el mundo mundial", su degustación no ha empezado con el mejor pie.

"El menudo y las manitas son la especialidad de la casa. El menudo es una receta que mi madre nos enseñó a nosotros hace cuarenta años y nosotros seguimos con ella. Nosotros se la enseñamos a los cocineros que vienen", relata ante las cámaras de Pesadilla en la cocina Antonio, el dueño de El Palomo, que llega con ambos platos en sus manos a la mesa de Alberto Chicote.

"¿Ella le ponía tanto aceite como ese también? ¿La imagen que tú recuerdas del menudo de tu madre es esta?", le pregunta el chef. "Si no es como esa, es muy parecida", confirma. Tras marcharse Antonio, Chicote prueba el menudo. "Está bueno", reconoce, aunque lo que no le acaba de convencer es que "tenga ese mogollón de aceite por encima". Las manitas también pasan el test de Alberto, pero llevan demasiado comino para el chef.

Ahora, llega el turno de las patatas bravas, que llevan salsa de bote, a pesar de que Lorenzo, el otro dueño de El Palomo, le ha asegurado a Chicote que es casera.