En las últimas horas, múltiples informaciones -y también rumores- acerca del estado de salud del papa Francisco han dado pie a todo tipo de elucubraciones sobre el futuro del actual pontífice en su cargo. Sobre Bergoglio se ha dicho recientemente que tiene problemas en el colon o en la rodilla, este último un dolor que le ha llevado a aplazar su viaje a África. A esto hay que añadir el inédito cónclave que tiene previsto celebrarse en pleno de agosto para dar a conocer a una nueva serie de cardenales e incluso una visita a Celestino V, un papa que renunció a su puesto.

Para algunos, estos acontecimientos han sido una clara muestra de las intenciones del papa por abandonar el Vaticano. Pero ¿qué hay de cierto en estas teorías y rumores? Sobre esta cuestión hemos preguntado en Más Vale Tarde a Jesús Bastante, periodista de 'Religión Digital', con una duda tan clara como obvia para arrancar la entrevista: ¿está pensando el papa Francisco en retirarse? "El cardenal Maradiaga hablaba con nosotros hace unos días y nos decía que esos rumores eran telenovela de las baratas, y yo creo que tiene bastante razón".

"Es verdad que este papa tiene un problema de rodilla, pero no es Rafa Nadal, no necesita estar moviéndose constantemente. Su partido lo gana de otra manera, haciendo reformas como la que se implantó el domingo pasado", ha advertido Bastante, que ha precisado: "La reforma de la curia es su gran proyecto, la razón por la que él fue elegido. Después de nueve años y medio trabajando por ella, si se fuera antes de que se implementara sería como decir que no ha hecho nada, que no ha servido en todo este tiempo".

Aun así ¿existe un interés dentro de la Iglesia por poner fin al mandato de Francisco, que ha sido considerado muchas veces por el entorno eclesiástico como un pontífice demasiado 'progresista' o 'moderno'? El periodista responde tajante: "Es evidente. Cuando Benedicto XVI todavía no estaba tan mayor, en los primeros años hubo un movimiento que quería declarar ilegítima la elección de Francisco porque entendían que un papa no podía renunciar, y Ratzinger había sido casi forzado a renunciar por los escándalos sobre la homosexualidad, la pederastia o los económicos".