Antonio Ortiz, acusado de ser el Pederasta de ciudad lineal ya tiene compañero de confianza en la cárcel de Soto del Real. Es Antonio Sánchez, alias Pitoño, el portero de discoteca condenado por propinar la paliza que le causó la muerte a  Alvaro Ussía a las puertas del balcón de rosales, en 2008.  Ambos sienten pasión por el culturismo y el trabajo en el gimnasio pero no es que se hayan hecho amigos.

Pitoño es uno de esos presos que las autoridades carcelarias utilizan para vigilar a  presos considerados de especial seguimiento. Los vigilan para protegerles de posibles agresiones de otros internos, algo que suele ocurrir con los agresores sexuales, y los protegen también de las tentaciones de suicidarse.

De hecho, Más Vale Tarde ha podido saber que desde que entró en la cárcel hace ya varios años Pitoño estableció muy buenas relaciones con los funcionarios de prisión. Por eso fue trasladado al módulo de enfermería, donde el contacto con los funcionarios es más fácil. De hecho hace poco disfrutó de su primer permiso gracias entre otras cosas a su comportamiento siempre modélico.

En el módulo de enfermería vive ahora con el que se ha convertido en su sombra, el pederasta de Ciudad Lineal. Sin permiso para salir al patio y sin contacto con ningún otro interno. así pasa los días a la espera de que su proceso siga adelante.

En ese sentido, son ya 10 las ruedas de reconocimiento por las que ha pasado Antonio Ruiz. Ha sido identificado al menos por dos adultos, por cinco de las niñas, dos víctimas de agresiones, dos a las que intentó secuestrar y una testigo. El abogado defensor sigue tratando de impugnar estas ruedas al considerar que están viciadas por las imágenes del presunto pederasta que han aparecido en televisión.

Sin embargo, la jueza María Antonia de Torres preguntó a todas las niñas si lo habían visto por la tele y todas lo negaron. Además, Antonio Ortiz ha sido reconocido en una de esas ruedas por dos adultos que dicen haber visto al pederasta durante sus ataques en la calle Mequinenza.

Mientras tanto la investigación está pendiente de los resultados del análisis de las numerosos restos  recogidos por la policía científica en uno de los pisos de Antonio Ruiz y de las pruebas realizadas en los dos coches que usó el detenido en sus ataques.