En el punto de mira también están los clientes de las prostitutas, los que hacen botellón y las cundas, los taxis de la droga. Si antes la ley era contra los vagos y maleantes, ahora se llamará Ley de Seguridad Ciudadana.

A través de esta ley el Gobierno condenará, prohibirá y multará todos aquellos comportamientos que considere que alteran el orden social, y no serán penas precisamente insignificantes.

Por ejemplo, si aquella ley condenaba a los ebrios habituales, la nueva ley condenaría el botellón con multas que van desde los 1.000 euros hasta los 30.000 euros. Porque las conductas que se penaban en 1970 son similares a las que el Gobierno pretende sancionar con la ley que estaría preparando el ministerio de Jorge Fernández.

Atención a la lista de lo que estaría considerado como infracción grave: alterar el orden público encapuchado, insultar a la autoridad, ejercer la prostitución, tenencia de ilícita de drogas, las cundas, la obstaculización de la vía pública y escalar edificios públicos.Comportamientos, algunos de ellos, que se han visto en las calle hace no mucho tiempo.

Sobre todo, como forma de protesta,  porque los preferentistas cortaron la Gran Vía madrileña para reclamar los ahorros y activistas de Greenpeace escalaron la fachada del Congreso en protesta de la aprobación de la ley de Costas.
Algunos ejemplos de lucha que a partir de ahora, gracias a la nueva ley, podrían pasar a verse como ejemplos de delito.