En pleno confinamiento por el coronavirus y con las ciudades prácticamente desiertas, los animales están tomando las calles, ahora libres de seres humanos: desde jabalíes caminando tranquilamente por el centro de Madrid o Barcelona a una pareja de corzos que fue captada por una cámara de seguridad en las inmediaciones del acueducto de Segovia.

Los ecologistas indican que, cuando volvamos a la actividad normal, lo más probable es que vuelvan a esconderse de nosotros y a refugiarse en las zonas de monte. Hasta que no haya un periodo de reproducción, indican, no sabremos si la falta de actividad humana puede tener efectos positivos en las especies.

Por el momento, el confinamiento se está notando en el comportamiento de la fauna, que se deja ver por los espacios urbanos: es el caso de familias enteras de patos, que han ido avistadas paseando las calles de Castellón o en plena autovía en Sevilla.

Además, en plena temporada de cría, aparecen nidos en lugares tan inéditos como el retrovisor de un coche y son las aves quienes visitan a los humanos, ahora 'enjaulados'.

En Madrid, los pavos reales del Retiro escaparon del parque tras el cierre del mismo y se lanzaron a las calles del Madrid de los Austrias. Son imágenes de las primeras semanas del confinamiento: PACMA denunció que llevaban días sin comer y por eso salieron del recinto, buscando alimento. Desde el Ayuntamiento aseguran que ya están bien alimentados.

Los cambios se perciben por tierra, mar y aire: en aguas inusualmente próximas a las costas canarias y al muelle de Cádiz han aparecido delfines, e incluso en los canales de Venecia, donde la ausencia de barcos ha provocado que los sedimentos se asienten en el fondo, con lo que el agua es menos turbia y los delfines se acercan más.

Un fenómeno que se repite por todo el planeta: lobos marinos tomando el sol en la Patagonia argentina, monos que campan a sus anchas por las ciudades o cabras sueltas por Gales. En París incluso han sido avistados dos ciervos por la capital francesa.