Blanca Mabel Otero ha sido encontrada en el concejo asturiano de Pola de la Siera 25 años después de su desaparición. Incluso había sido dada por muerta por la administración.

Los vecinos de la urbanización La Fresneda, donde ella vivía bajo el nombre de Eva, dieron la voz de alarma a la Policía Local cuando pasaron varios días sin que la mujer abriese la puerta o respondiese al teléfono.

La mujer fue localizada en mal estado de salud en su vivienda y trasladada a un hospital. La Policía Nacional finalmente se hizo cargo de las diligencias y pudo identificar plenamente a la desaparecida.

El jefe del Grupo de Desaparecidos UCDEV, Pedro Herranz, ha explicado en MVT el caso paso por paso.

En 1995 Blanca María Isabel se marchó voluntariamente de su domicilio: era mayor de edad y decidió vivir por su cuenta. Dos años más tarde, en 1997, su madre la echa de menos y denuncia su desaparición en León.

En 1998 fue localizada por la Policía Nacional en Gijón, durante un control rutinario. Entonces se facilitó a la familia la dirección de Blanca, pero esta se marchó del piso, por lo que cuando intentaron contactar con ella ya no pudieron localizarla.

No obstante, Blanca envió una carta a su familia en la que decía que quería vivir su vida y que no quería saber nada de ellos. La desaparición se dio por finalizada.

Pero durante estos años Blanca ha logrado no dejar ningún rastro administrativo. El caso vuelve a cobrar fuerza cuando en el año 2.000 aparece el cadáver de una mujer en la Playa del Camello, en Santander. Su retrato robot se parece a la fotografía de la desaparecida.

La Policía cree que puede tratarse de la misma persona por lo que le dice a la familia que conviene hacer una nueva denuncia para meterla en la base de datos de personas desaparecidas y restos humanos para cotejar el ADN de blanca con el cadáver. El resultado es negativo pero se vuelve a activar la desaparición.

Es entonces cuando se cruzan las historias de Eva, la vecina que desata la preocupación de sus vecinos cuando pasa varios días sin abrir la puerta de su casa, y Blanca Mabel, desaparecida hace 25 años.

La Policía Nacional logró identificarla cuando Eva fue trasladada al hospital en mal estado de salud. Pero la duda sobre cómo ha logrado ocultarse de su familia durante tanto tiempo persiste.

El inspector de la Policía apunta a que nadie la conocía realmente y se hacía llamar Eva. Se dedicaba a trabajar cuidando niños, ancianos y animales, y cobra en metálico, haciendo imposible cualquier rastro bancario.