Hay varias incógnitas que quedan por resolver en relación a la muerte de Álvaro Prieto, el joven de Córdoba cuyo cuerpo fue encontrado entre dos vagones de un tren. La primera es su comportamiento errático. Por qué toma esas decisiones, por qué tiene tanta prisa por subirse a un tren y por qué acaba subiéndose a un techo de un tren que estaba parado en los talleres. Se conoce que el joven tenía entrenamiento en Córdoba esa misma tarde.

Una de últimas imágenes que se tienen del joven es la de su salida de la estación de Santa Justa a las 9:30 horas, después de que él rechazara la ayuda para cargar el móvil y acceder al billete. Una hora más tarde, una mujer afirma que le vio en la Avenida Kansas City. Pero este testimonio no se puede certificar por ninguna cámara.

De lo que sí hay imágenes es del joven subido al techo del tren, en el momento en el que toca la catenaria. El vehículo estaba parado desde el 23 de agosto en talleres. Pero hace semanas lo habían vuelto a cargar y vuelto a poner en funcionamiento. El tren tenía electricidad y estaba en perfectas condiciones. En algún momento, el joven tocó la catenaria y recibió 3.500 voltios. Lo que pasa luego es otra de las incógnitas.

El delegado de Gobierno de Andalucía ha asegurado que el cuerpo no se vio desde abajo, pues los policías habían pasado por allí. Tampoco los drones dieron con el cuerpo. Así, el delegado sostiene que cuando se movió el tren para que pudiese entrar otro, fue cuando el cuerpo cayó haciéndose visible. Sin embargo, se desconoce por qué el joven hizo lo que hizo y por qué llegó hasta el techo del tren.