En una dehesa de Moralzarzal, en Madrid, ganado y jugadores de golf podrían compartir el mismo espacio. El Ayuntamiento planea crear en esta dehesa de 60 hectáreas un campo de golf rústico del tamaño de nueve estadios de fútbol. “Van a impedir el acceso público en ese terreno”, explica Alejandro González, plataforma ‘Salvemos la Dehesa’.
La plataforma vecinal lo rechaza porque dicen que perderán un espacio natural de utilidad pública. El alcalde asegura que el campo de golf, al ser rústico, no conlleva obras de ningún tipo. Además, dice que es ilegal que los vecinos entren a la zona.
En O Grove, Pontevedra, otro campo de golf planea sobre un enclave de la Red Natura. El Ayuntamiento quiere construir 18 hoyos en el monte Siradella. A un lado, el sistema dunar de la Lanzada, al otro, una marisma por la que pasan más de 10.000 aves migratorias.
Martín Rodriguez, Plataforma ‘No al campo de Golf en Siradella’, asegura que “afectarán a los medios naturales” Alcaldía dice que el campo de golf atraerá más turismo internacional. Pero los ecologistas creen que el propio paisaje es suficiente para crear riqueza. Proyectos polémicos de un deporte que en 2013 perdió un 8,5% de federados.