Ana María es una joven que quería pasar un fin de semana con su familia en Milán (Italia) para celebrar el final de sus estudios universitarios. Sin embargo, cuando ya estaban subidos en el avión, la compañía Ryanair la dejó en tierra alegando que las medidas de su silla de rueda no se correspondían a las exigidas.

En Más Vale Tarde, Ana María anuncia que emprenderán acciones legales, afirmando que nadie de la compañía se ha puesto en contacto con ellos. "Nos bajaron de una forma bastante inhumana, mi hermana tuvo un ataque de ansiedad en el avión. Pusimos seis reclamaciones y nos dijeron que nos iban a devolver el dinero del vuelo. A día de hoy, no sé nada", añade.

Ana María cuenta que le trasladaron hasta en dos ocasiones que las medidas de su silla de ruedas eran las correctas. Sin embargo, ya en el avión, la supervisora del vuelo le dio dos opciones: bajarse del avión o romper el joystick que le permite manejar la silla.

"He volado con Ryanair en varias ocasiones, a pesar de que me dijesen en mi cara que no había volado con ellos. He estado en Roma, Londres y Edimburgo", asegura.