La agricultura es uno de los sectores más afectados por la crisis climática, pero también hay otros. El turismo se ve afectado, uno de cada diez europeos que viajaban tradicionalmente al Mediterráneo, el año pasado ya no lo hizo.

Según Europa, cada tres grados se registra un 10% menos de turistas. Con cuatro grados, un 15% menos. Además, también ocurre lo mismo con los transportes, con vuelos y barcos, porque la Unión Europea quiere aplicar un impuesto al combustible para la descarbonización. Esto se traduce en vuelos más caros, lo que supondría cerca de cuatro millones de turistas internacionales menos. Respecto al barco, podría elevar los gastos para el transporte marítimo hasta un 70%, según Naciones Unidas.

Otro sector dentro de esta reconversión es la construcción y todo lo que engloba sobre materias primas. Europa paga por lo que contamina y quiere que se pague todavía más. Para 2050 todos los edificios serán cero emisiones y eso encarecerá todo, así que ojo con la producción de hierro, acero, cemento, aluminio.

La crisis climática va a afectar incluso a nuestras infraestructuras. Con las temperaturas extremas hay que revisar su resistencia. En España, de momento, no ha habido que cerrar aeropuertos como pasó en Londres en 2022 cuando se derritió el asfalto de la pista.

No obstante, este verano descarriló un tren en Gipuzkoa con 100 personas a bordo porque la vía se había deformado por el calor. Además, los puertos podrían verse afectados por la subida del nivel del mal.

Una vez más, el sector de la salud podría verse afectado. Calor durante más tiempo es igual a más mosquitos y garrapatas, que se pueden convertir en vectores de enfermedades: el Zika, el Dengue, la Malaria... Hay que sumarle la contaminación. Otro sector, otra reconversión por la crisis climática.