El Premio Nobel de Economía ha ido a parar este lunes a los economistas David Card, Joshua D. Angrist y Guido W. Imbens. Repasamos tres de sus apasionantes descubrimientos, que son de los que cambian la vida de la gente a mejor:
1. Subir el salario mínimo no aumenta el paro. A esta conclusión llegaron tras comparar el caso de los vecinos estados de Nueva Jersey y Pensilvania, en EEUU. En uno de ellos aumentó el salario mínimo y en el otro no; sin embargo, en los meses y años siguientes las tasas de empleo evolucionaron de forma similar en ambos lugares.
2. La inmigración no afecta negativamente al mercado laboral. Los economistas desmintieron con datos el argumento xenófobo de que los inmigrantes 'vienen a quitarnos el trabajo'. En este caso se fijaron en el caso de Miami en 1980, cuando Fidel Castro dejó salir de Cuba a 125.000 personas: los salarios no cayeron más que en otras zonas que recibieron mucha menos inmigración.
Más Noticias
- 30 años de la toma de posesión de Nelson Mandela: un hito en la lucha contra el apartheid en Sudáfrica
- El apoyo a Pedro Sánchez en redes sociales desata una tormenta de ingenio y creatividad
- Sí, los políticos también se quiebran mostrando su cara más humana: así lo hicieron Aguirre o Rubalcaba
- La carrera de María Jesús Montero: de la sanidad andaluza a vicepresidenta y ministra de Hacienda en el Gobierno
- María Jesús Montero emerge como figura central en el futuro del PSOE
3. Las personas nacidas en los últimos meses del año ganan más dinero que el resto. La explicación es bastante sencilla: si cumplen años antes, pueden dejar de estudiar antes. Es decir, si un joven cumple los 16 años en enero puede abandonar los estudios en enero, antes que si los cumple en diciembre. Y en términos generales, se ha demostrado que las personas que estudian más tiempo tienen más opciones de conseguir un trabajo mejor pagado.
El principio del fin del apartheid
30 años de la toma de posesión de Nelson Mandela: un hito en la lucha contra el apartheid en Sudáfrica
Tras su histórica toma de posesión hace tres décadas, Mandela sigue siendo un faro de esperanza y un ejemplo de liderazgo moral, cuyo legado perdura en la lucha continua por la justicia y la igualdad en todo el mundo.