El álbum de los socios
Del retrato político al retrato de una crisis: los socios que llevaron a Sánchez a la Moncloa hoy no quieren salir en la misma foto
¿Qué han dicho? Mientras Sumar ve insuficientes las explicaciones de Sánche, ERC habla de una "crisis grave", Podemos ni siquiera se reúne, y PNV rechaza la foto; queda claro que los socios que en su día le apoyaron ahora le dan la espalda y desarman la imagen de unidad.

En octubre ya lo sabían. Personas muy cercanas al presidente del Gobierno, leales y con peso dentro del partido, le lanzaron una advertencia clara: "Cuidado con Santos Cerdán. Si lo ratificas como secretario de Organización, puede ser un problema para ti más adelante". No eran rumores sin fundamento ni cotilleos de pasillo. Eran voces serias, que conocían lo que se movía.
Según ha contado Antonio García Ferreras en Al Rojo Vivo, estas personas le hablaron directamente de posibles actividades turbias, de comentarios que circulaban dentro y fuera del partido. Sánchez escuchó, pero no hizo caso. Decidió seguir adelante. Alegó que en un ambiente con tanto bulo y tanta mentira, no podía dar crédito sin pruebas, y esas advertencias, aunque venían de figuras importantes, no iban acompañadas de documentos ni evidencias concretas.
Hoy, esa decisión pesa. No solo dentro del PSOE, también fuera, entre los socios que hicieron posible su investidura. Moncloa ha puesto en marcha una ronda de contactos para apagar fuegos, pero la realidad es que muchas puertas están entreabiertas, y en otras directamente no hay nadie esperando.
¿Quiénes se hacen la foto?
Las reuniones se suceden, sí, pero las caras lo dicen todo. Este lunes, Yolanda Díaz acudió a su cita con el presidente. Se hicieron la foto, como marca el protocolo, pero sin entusiasmo. A la salida, fue clara: las explicaciones que ha dado Sánchez no son suficientes.
Junts también tuvo su reunión este martes. Hubo foto, como con Sumar, pero ni rastro de sonrisas. La incomodidad era evidente. Y no es para menos: su principal interlocutor era precisamente Santos Cerdán, y ahora, sin él en el tablero, están descolocados. Bildu, por su parte, ha optado por mantener la cita prevista para este miércoles. No han puesto obstáculos, pero ya han avisado: quieren más de lo que se les ha dado hasta ahora.
El problema es que no todos están dispuestos ni siquiera a sentarse. El PNV ha rechazado hacerse la foto con Sánchez. Consideran que no es momento para retratos, que lo importante ahora es el contenido de las conversaciones, no la imagen. Un mensaje diplomático que en realidad es un portazo elegante.
Más contundente ha sido ERC, que tenía prevista la reunión para este martes y la ha retrasado para el miércoles por la tarde. Quieren escuchar primero al presidente en el Congreso antes de decidir qué posición tomar. En sus palabras, estamos ante una crisis grave. Y luego está Podemos, que ni se va a reunir. No habrá encuentro, no habrá imagen. Simplemente, no van.
Esta tarde, Moncloa ha reaccionado. Pedro Sánchez ha llamado tanto a BNG como a Coalición Canaria para ofrecerles también una reunión. La respuesta ha sido desigual: Coalición Canaria ha aceptado y se verá con el presidente, pero el BNG ha dicho que no. Que en este momento no quieren participar en ese tipo de reuniones.
Lo que en su día fue una foto de unidad, un álbum de familia política con sonrisas, acuerdos y promesas, hoy parece irrepetible. Sánchez empieza a quedarse solo en el encuadre. Cada vez más socios se alejan, más gestos son fríos y más silencios son incómodos. Y todo esto con un nombre que ahora pesa demasiado: Santos Cerdán. El hombre que estaba detrás de las negociaciones, el puente con los socios, y que ahora se ha convertido en el punto de fricción. La pregunta ya no es quién le apoya, sino quién está dispuesto a seguir saliendo en la foto con él.