Jane Austen

Traducción: José C. Vales

Editorial: Austral

Año de publicación original: 1813

Por César G. Antón

Este libro tiene más de dos siglos. Lo escribió una mujer que nunca salió de Inglaterra, que no se casó, que vivió entre cartas, paseos y costuras. Y, sin embargo, Orgullo y prejuicio se sigue leyendo con la naturalidad con la que uno se pega un buen maratón de capítulos de una serie de HBO. Con diálogos que suenan vivos, personajes que respiran, ironías que pinchan.

Jane Austen nació hace 250 años, pero entendía mejor las relaciones humanas que muchos de los que pasean hoy por nuestras calles, incluso de algunos que se sientan detrás de los divanes. Esta reedición de Austral es la excusa perfecta para volver a ella o para descubrirla por primera vez. Y sí, todavía estás a tiempo de enamorarte de Elizabeth Bennet y de Mr. Darcy.

La edición conmemorativa de de Austral presenta cantos decorados, cubierta sobria, tipografía clara y una excelente traducción

Con más de 20 millones de ejemplares vendidos desde su publicación original en 1813, Orgullo y prejuicio es la novela más celebre—y probablemente más querida— de Jane Austen y una de las más leídas de la historia de la literatura. Se han hecho películas, series, cómics, musicales, relecturas feministas, versiones juveniles e incluso aplicaciones interactivas. Pero nada supera al texto original. Porque sigue vivo. Porque no envejece. Porque dice cosas que todavía importan.

La nueva edición de Austral celebra el 250 aniversario del nacimiento de su autora con un volumen precioso: cantos decorados, cubierta sobria, tipografía clara y una excelente traducción a cargo de José C. Vales. Además, recupera el texto íntegro, sin florituras ni adaptaciones, y permite que cada lector redescubra (o descubra por primera vez) la maestría de Austen en estado puro.

Feminista por naturaleza

La historia es más o menos conocida. Con la llegada del rico y apuesto señor Darcy a su región, la vida de los Bennet y sus cinco hijas se vuelve del revés. El orgullo y la distancia social, la astucia y la hipocresía, los malentendidos y los juicios apresurados abocan a los personajes al escándalo y al dolor, pero también a la comprensión, el conocimiento y el amor verdadero. Lo que parece una novela de enredos y miradas cruzadas es en realidad una sátira elegante sobre cómo nos relacionamos. Sobre lo que mostramos, lo que ocultamos, lo que creemos saber del otro. Austen no necesita levantar la voz: le basta con una ceja en alto y una frase bien colocada.

Jane Austen no se proclamó feminista (la palabra aún no se usaba), pero su obra lo es por naturaleza

En el centro está Elizabeth Bennet, uno de los personajes femeninos más influyentes de la literatura. Sagaz, independiente, irónica, brillante. No es perfecta, pero no quiere serlo. Es libre dentro de los límites de su época. Se equivoca, aprende, se planta. Y fue, para muchas lectoras del siglo XIX, la primera mujer en un libro que hablaba como ellas, pensaba como ellas y se rebelaba (aunque fuera con una sonrisa) contra lo que se esperaba de ellas.

Jane Austen no se proclamó feminista —la palabra aún no se usaba—, pero su obra lo es por naturaleza. Escribió en un tiempo en el que a las mujeres apenas se les permitía publicar. Lo hizo sin marido, sin hijos, sin fortuna. Firmó como 'By a Lady' su primer libro. Y desde un rincón del sur de Inglaterra, con una pluma afilada y una mirada certera, retrató mejor que nadie el sistema que encorsetaba a las mujeres. Denunció sin panfleto. Desmontó sin aspavientos. Y se convirtió, sin pretenderlo, en una pionera. Su literatura se cuela por las rendijas del protocolo. Y desde ahí, lo dinamita todo.

Celebrando a Austen

La prosa de Austen es una joya. Tiene ritmo, humor, mala leche contenida. No hay una frase de más. No hay una escena innecesaria. Es elegante sin ser cursi, profunda sin ponerse intensa. Leerla hoy es un acto de placer, pero también de conexión. Porque nos sigue hablando. De lo que aparentamos. De lo que deseamos. De lo que nos impide decir lo que sentimos.

Austen merece ser leída, releída, celebrada y disfrutada. Su prosa es una joya, tiene ritmo, humor, mala leche contenida

Y sí, claro, está Darcy. El hombre más malinterpretado de la literatura. El antipático irresistible. El que nos cae mal antes de que nos encante. El que se transforma no porque una mujer lo redima, sino porque se da cuenta de quién es en realidad. Y eso, en 1813, era casi ciencia ficción.

Esta edición de Austral no es solo bonita. Es necesaria. Porque permite que más gente entre en este libro. Porque lo pone otra vez sobre la mesa. Porque Austen merece ser leída, releída, celebrada y, sobre todo, disfrutada. No por ser un clásico, sino por ser una escritora que todavía nos mira desde la otra esquina del salón, juzga nuestra pose, se ríe un poco... y nos deja caer una frase que lo resume todo.

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