Rusia acusa a Ucrania, Ucrania lo niega y en la Sexta Clave nos preguntamos: ¿realmente quiere alguien matar a Vladimir Putin? La respuesta es no. Les puede el miedo al día siguiente. Porque después de esa jugada, de asesinar a Putin, ¿qué pasaría en Rusia? Ese es el temor de Occidente en general, ante un posible asesinato de Putin: la inestabilidad y el caos que se podría generar en el país. Allí hay armas nucleares y podría acceder a ellas alguien aún peor que Putin, por lo que a Estados Unidos no le compensa ahora mismo matar a Putin.

Otro posible sospechoso es Ucrania. Una cosa es que el presidente Zelenski quiera matar a Vladímir Putin y otra que sabe que no debe. Porque Estados Unidos no quiere y depende mucho del apoyo de Estados Unidos. No estaría bien organizar una misión para asesinar a Putin contradiciendo a un aliado tan principal. Además, el problema es el momento después de la muerte de Putin. Las venganzas que pudiera tomar el sucesor del ruso.

En Ucrania hay una línea dura que quiere golpear fuertemente dentro de Rusia. Atacar y aumentar la escalada de la guerra. Esa línea la representa el jefe de inteligencia militar ucraniano, Kyrylo Budánov. Pero no haría nada al margen de su presidente ni del gobierno ucraniano.

En Ucrania sí que hay gente deseosa de venganza y que puede tener los millones para poder montar una operación de asesinato sin preocuparse por las consecuencias reales. Solo por revancha o porque piensan que todo cambiaría.

Dentro de Rusia habrá quien quiera sustituir a Putin o quien quiera influir en Putin. Pero matarlo es más complicado. Primero, porque a los políticos con capacidad y a los millonarios con dinero les sigue yendo bien. Segundo, porque la oposición democrática carece de capacidad. Tercero, por el temor a las represalias tras el asesinato. Y cuarto porque Putin tiene tan controlado todo dentro del país que conocería cualquier movimiento.