Un grupo de jóvenes cantando y bailando en el valle de Cuelgamuros una canción de Chayanne. Ha sucedido el pasado fin de semana. Con altavoz incluido, cantan "disfruta las cosas buenas que tiene la vida" sobre las tumbas de 33.000 asesinados, víctimas del franquismo. Esos jóvenes son un grupo de católicos que estaban participando en un retiro espiritual de un grupo llamado Effetá.

¿Quién está detrás de ese baile junto a la cruz de Cuelgamuros? 'Éffeta', ábrete, hace referencia a un pasaje del Evangelio en el que Jesús, en uno de sus milagros, devuelve la capacidad de escuchar a un sordo. De ahí el símil. Porque según este colectivo, sus retiros espirituales permiten abrirse a una nueva vida.

Son encuentros de jóvenes, todos entre 18 y 30 años, normalmente católicos, que en esos días viven un encuentro personal con dios, según su página web. Dicen que no son una organización, que son una agrupación de parroquias y personas con matriz en Madrid. Nació en Colombia pero desde 2013 y gracias entre otros a TikTok ya se ha expandido por toda España.

En eso reside el misterio de Effetá, en el secretismo que rodea todo lo que ocurre en esos encuentros. De hecho, los propios participantes firman un contrato de confidencialidad para evitar desvelar lo que definen como un "regalo". Lo que sí cuentan todos y lo que vemos es que en ellos es habitual llorar. Porque además de rezar, Effetá consiste en abrirse, en desahogarse.

Effetá, como el camino que les lleva a Dios, tiene dos tipos de miembros: caminantes, los que asisten por primera vez a ese tipo de retiros y los servidores, los que ya han vivido la experiencia y participan o colaboran en esos encuentros. Para los primeros, hay incluso quien les enseña a hacer la maleta con lo que van a necesitar: ropa cómoda, uniforme de Effetá y, aunque es su web insisten en que no es necesario ser creyente, que el único requisito es ser mayor de edad, nunca falta una biblia o un rosario.

Durante las 48 horas que dura el retiro, siempre de viernes a domingo, se les prohíben móviles y relojes para evitar despistes, para que se entreguen por completo. Entonan el himno de Effetá, el que cantan a viva voz todos los participantes en cada encuentro. Pero no es el único. Cantan otros temas conocidos, como ocurrió con el de Chayanne. Y tiene una clave común con su himno: de nuevo, cantando a 'la libertad'. Así se llama la canción.

¿Qué ocurre cuando acaba ese retiro de fin de semana? Pues que vuelven a reunirse semanalmente, dicen que para "acompañarse y crecer en comunidad". De hecho, es fácil saber dónde y cuándo, con el calendario de su web. Y ofrecen otro tipo de encuentros según la edad. Para mayores de 30, los llamados 'Emaús', a los que son asiduos varios famosos, como la política María San Gil o Tamara Falcó. A la empresaria Cari Goyanes, por ejemplo, dicen que le han cambiado la vida.