La inflación que vivimos está haciendo que florezcan nuevas formas de hacer que los productos no suban de precio haciendo pequeños cambios. Primero conocimos la 'reduflación', que consistía en poner menos cantidad de producto para no tener que subir su precio.

El nuevo término que hemos conocido ahora es 'cheapflación'. ¿Esto qué significa? Para llevar a cabo esta práctica, se sustituyen materias primas caras por otras más baratas con el objetivo de no subir el precio final del producto.

Por ejemplo, pasar a elaborar la mayonesa con aceite de soja, y no con aceite de girasol, cuyo precio está disparado desde la guerra en Ucrania. Cabe destacar que la práctica es legal siempre y cuando ese cambio de ingredientes venga reflejado en las etiquetas del producto.