La guerra de las llamadas
Putin, el maestro del engaño: cómo manipula a Trump para mantener su control en Ucrania
Los detalles Cuatro llamadas, cuatro promesas vacías y una estrategia constante que deja a Trump como peón mientras Rusia consolida su dominio y excluye a la OTAN de las negociaciones de paz.

Vladímir Putin lo ha vuelto a hacer. Por cuarta vez desde que Donald Trump se implicó personalmente en buscar una salida negociada a la guerra en Ucrania, el presidente ruso ha logrado engañarlo, neutralizar sus exigencias y salir fortalecido. Todo, aplicando una fórmula que ya se ha convertido en rutina: alimentar las expectativas, ofrecer gestos ambiguos, ganar tiempo… y no ceder nada.
La última trampa llegó este lunes, tras una llamada de más de dos horas entre ambos líderes. De la conversación no ha hablado Trump, pero sí Yuri Ushakov, principal asesor de Putin en política exterior, conocido por negar en febrero de 2022 —el mismo mes que comenzó la invasión— que Rusia tuviera intención alguna de atacar Ucrania. Lo apodan 'el mentiroso', y con razón.
Desde su primera conversación telefónica en febrero, la relación ha seguido el mismo patrón. Trump intentaba arrancar un compromiso claro para lograr la paz. Pero al salir del diálogo, terminaba asumiendo parte del relato del Kremlin. Aquel día, Trump aceptó la tesis rusa de que la culpa del conflicto era de Ucrania por querer entrar en la OTAN. Luego lo presentó como un éxito: "Trabajaremos juntos, muy de cerca para lograr la paz", declaró. Putin le prometió una reunión personal. Tres meses después, esa reunión no ha ocurrido.
La segunda trampa vino cuando Trump exigió un alto el fuego de 30 días. Ucrania aceptó bajo presión. Rusia, sin comprometerse del todo, se limitó a suspender temporalmente los ataques sobre infraestructuras energéticas. Trump se felicitó por "haber alcanzado un acuerdo de paz con Putin". Al día siguiente, los bombardeos continuaron como si nada.
En la tercera ocasión, Trump intentó justificar sus fracasos alegando que debía "ganarse la confianza" de Putin. Pero mientras tanto, Rusia y Ucrania reanudaban conversaciones en Turquía sin Estados Unidos en la mesa. Trump lo vendió como una amenaza —"si no hay acuerdo, me voy"— pero en realidad era una retirada forzada ante la pérdida total de influencia.
Y este lunes, el cuarto capítulo: otra llamada, otra promesa de tregua de 30 días… y otra maniobra dilatoria del Kremlin. Ahora, en lugar de una paz directa, lo que se discute es un "memorándum para negociar un alto el fuego". Trump lo celebra como una victoria. Pero los hechos apuntan a lo contrario: Putin ha logrado que la OTAN quede fuera, que Trump repita su propaganda… y que el mundo asuma que los territorios ocupados por Rusia quedarán bajo su control al final de la guerra.
Cuatro veces, la misma estrategia. Y cuatro veces, el mismo resultado: Trump es utilizado como peón en una partida que Putin parece tener completamente controlada.