La Franja de Gaza lleva 11 días siendo un campo de guerra. Los constantes bombardeos israelíes, y las amenazas de Israel para que los ciudadanos abandonen el norte de la región, han provocado que más de un millón de civiles hayan huido de sus hogares desde que comenzó el conflicto entre Israel y Hamás, según Naciones Unidas. Y es muy probable que la cifra de desplazados siga aumentando con el paso de los días. Sin embargo, no todos son palestinos. Algunos de ellos son también israelíes.
Sucede en el norte de Israel, en la frontera con el Líbano, donde la tensión es máxima. El grupo chií libanés Hizbuláha lanzado nueve misiles antitanque contra el norte del país. En uno de ellos, han muerto un civil y un militar. En total, durante esta semana de fuego cruzado en la zona han muerto al menos cuatro israelíes y ocho más han resultado heridos. Israel ha respondido a estos ataques con artillería y ha marcado los cuatro kilómetros más cercanos a la frontera como zona cerrada.
Fue un ataque producido durante "el día de la ira sin precedentes" contra Israel, en respuesta al ataque a un hospital de Gaza. Por este motivo, el norte del país hebreo está viviendo su momento más violento desde hace 17 años. Allí, muchos civiles israelíes viven en un área de exclusión militar por miedo a ataques. Pero también hay musulmanes residentes en Israel que se han visto obligados a huir y de las que tampoco nadie habla.
En el país israelí no toda su población es judía. También existe una minoría beduina de 300.000 personas que son musulmanes. Estos son descendientes de nómadas árabes que vagaron por el desierto durante cientos de años, pastoreando ovejas, cabras y camellos. Y ellos también sufren los ataques, pero con una peculiaridad: los que lanzan las bombas desde Gaza son musulmanes como ellos. Además, tienen familiares a ambos lados de la frontera y aseguran que les duelen igual los muertos en Gaza que los de Israel.
Son personas pobres que viven en aldeas que no están reconocidas por el gobierno, donde no hay electricidad, ni agua corriente ni carreteras pavimentadas. Tampoco cuentan con sirenas de cohetes, refugios antiaéreos ni cobertura del sistema de defensa antimisiles. Y según funcionarios locales, al menos siete beduinos han muerto por cohetes lanzados desde la Franja de Gaza. Entre ellos un niño de seis años.
Además, el hecho de ser musulmanes no evita que Hamás vaya contra ellos. Dos de sus aldeas han sido bombardeadas en esta semana y media de conflicto armado. Y otras ocho personas fueron asesinadas a tiros mientras trabajaban en comunidades judías rurales cerca de Gaza. Además, se cree que los terroristas secuestraron a siete beduinos más y los llevaron de regreso a Gaza.
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