División en la cumbre

La OTAN, ¿alianza entre iguales o chiringuito geoestratégico de Estados Unidos?

La otra cara Mientras Europa cumple con las exigencias de Washington sin rechistar, España intenta marcar su propio camino y se encuentra aislada, evidenciando que la OTAN es menos un pacto de iguales y más un espacio dominado por EEUU.

La OTAN, ¿alianza entre iguales o chiringuito geoestratégico de Estados Unidos?

España ha vuelto a quedarse sola en la foto. Esta vez, en la cumbre de la OTAN. 30 países, muchos de ellos incómodos con Donald Trump y sus exigencias pasadas, han terminado aceptando lo que parecía impensable hace unos años: aumentar su gasto en defensa al 5% del PIB.

¿España? No. Y lo más llamativo: ningún país la ha respaldado. Nadie ha salido a decir "España tiene razón". Ni uno solo. El silencio de los aliados ha sido tan ruidoso como las críticas. Desde Bélgica han tirado de ironía, dicen que si Pedro Sánchez consigue cumplir sus promesas militares sin poner el 5%, es un genio.

Grecia está molesta. Y no se calla. Aseguran que España se está "aprovechando" del esfuerzo colectivo. Lituania no lo digiere, ya que consideran que es una obligación común. Y no son los únicos. Suecia, Polonia y Estonia también están incómodos.

El juego de la OTAN: EEUU pone las reglas

Todo esto deja en el aire una pregunta cada vez más evidente: ¿Sigue siendo la OTAN una alianza entre iguales? ¿O es el chiringuito geoestratégico de Estados Unidos?

Porque, siendo honestos: EEUU lleva años avisando. Que si no le ayudan a pagar, se va. Que si 'quieren que juegue', que inviertan. Que él 'pone el balón, el campo, las camisetas y las porterías'… pero que también quiere marcar las reglas. Y Europa, como tantas otras veces, ha dicho sí. Porque nadie 'quiere jugar' sin el que 'mete los goles y paga los fichajes'.

Una alianza desigual desde el principio

Esto no es nuevo. Desde que nació la OTAN en 1949, Europa ha hecho equilibrios para mantener a Estados Unidos cerca. A cambio de su paraguas militar y su músculo nuclear, ha aceptado que Washington marque el rumbo.

¿Ejemplos? Todos los generales que han estado al frente del cuartel general supremo aliado (el mando militar real de la OTAN) han sido estadounidenses. Todos. 18 de 18. ¿Y los secretarios generales, los cargos más políticos? Ahí sí, reparto: hemos visto líderes de Países Bajos, Noruega, Dinamarca, Reino Unido, Bélgica, Italia, Alemania… e incluso uno español. Pero el mando militar, el que decide qué se hace en el campo de batalla, es solo americano.

España juega sin pagar, pero ¿hasta cuándo?

España, por ahora, se resiste. No se suma al 5%. Mantiene su gasto militar por debajo del 2%, a pesar de las promesas. Y sí, sigue dentro del club. Sigue jugando. Pero no aporta lo mismo que los demás. Y los demás ya se están dando cuenta.

Hoy no hubo un solo gesto de apoyo. Ningún aliado salió a decir que España hace bien. Y eso es un mensaje. Un aviso de que la paciencia se agota. En una OTAN cada vez más tensa, con una guerra abierta en Europa del Este y con Washington exigiendo más compromiso, España va por libre, sí. Pero sola. Y en política internacional, eso nunca es buena señal.