La Corte Penal Internacional ha emitido una orden de arresto internacional contra Vladimir Putin por crímenes de guerra. 387 días después de la invasión de Rusia a Ucrania, la Corte acusa a Putin de ser un criminal. De ser, en concreto, "presuntamente responsable de los crímenes de deportación y traslado ilegal de niños de las zonas ocupadas de Ucrania a la Rusia".

En esa orden de detención aparece también Maria Lvova-Belova, comisionada para los derechos del niño en Rusia. Está acusada de los mismos crímenes que Putin. Según el Gobierno ucraniano, al menos 16.000 niños han acabado desplazados contra su voluntad a territorio ruso. Mientras, el Kremlin siempre ha negado haberlo hecho, pero la fiscalía de la Corte Internacional lleva meses investigando y creen que sí está sucediendo.

Sin embargo, parece que al presidente ruso no le preocupa esta orden de detención. Rusia no es miembro de la Corte Penal Internacional y el ministerio de Exteriores ruso ya ha dicho que la orden le parece "insignificante". ¿Qué puede pasar? Realmente, es prácticamente imposible que el Tribunal acabe juzgando a Putin porque la Corte no puede hacer juicios sin comparecencia del acusado. Obviamente, el Kremlin no tiene ninguna intención de entregar a ningún oficial ruso y menos a su jefe.

Rusia no reconoce, no pertenece, a la Corte Penal Internacional desde 2016 y, ahora mismo, Putin y su equipo se encargan de resaltar lo tranquilos que están. Dmitri Medvédev, vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, ha comparado la orden de arresto de Putin con el papel higiénico y la portavoz del ministerio de Exteriores ha dicho que Rusia no coopera con la Corte, así que estas órdenes de arresto para ellos no valen nada.

Aun así, esta orden le complica la vida a Putin aunque sea un poco. De momento, no puede viajar a ningún país que sea miembro de la Corte Penal Internacional porque todos tienen la obligación de detenerle. De esta forma, Putin ya no puede viajar a 123 países. Sí puede hacerlo a China o Irak, que tampoco reconocen el tratado. Así que Putin, desde ahora, tendrá que elegir con mucho cuidado dónde viaja porque depende del suelo que pise podría ser detenido como presunto criminal de guerra.