Si el día que te mueres no todos hablan bien de ti, es que quizás algo has hecho: así titula Rolling Stone la noticia sobre la muerte de Kissinger, llamándolo "infame" y "uno de los peores asesinos en masa de la historia". Desde los años 60, fue líder de la política exterior estadounidense.

Kissinger, galardonado con el Nobel de la Paz, dirigió la diplomacia con Nixon y Ford. Premiado junto a su homólogo vietnamita por negociaciones secretas para acabar con la guerra de Vietnam, aunque el conflicto persistió, desencadenando una horrible campaña de bombardeos masivos.

A pesar de sus esfuerzos en Oriente Próximo y la Guerra Fría, Kissinger respaldó dictaduras y represiones. Apoyó la Operación Cóndor en América Latina, respaldó el golpe contra Salvador Allende y dio su apoyo a regímenes responsables de violaciones masivas de derechos humanos.

Aunque negoció acuerdos históricos y desempeñó un papel crucial en eventos clave, como el acercamiento entre EEUU y China, Kissinger dejó un legado ambivalente. Su defensa de la distensión contrasta con su respaldo a regímenes cuestionables, dejando a la historia la difícil tarea de juzgar su impacto global.