Compromisos sin fuerza
España no cumple con la OTAN, pero no es un caso aislado: ni sanciones, ni reproches, ni consecuencias
Las consecuencias Los compromisos militares asumidos en cumbres anteriores siguen siendo promesas sin fuerza legal. La novedad ahora es que Estados Unidos, con Donald Trump al frente, podría dejar de tolerarlo.

España lo ha dejado claro: no va a cumplir el nuevo objetivo de la OTAN de dedicar el 5% del PIB al gasto en defensa en la próxima década. Y no, no es ninguna sorpresa. No es la primera vez que un país incumple uno de estos compromisos. Y, hasta ahora, tampoco ha tenido consecuencias reales.
Porque hay algo importante que a veces se olvida: los acuerdos de gasto en defensa que salen de las cumbres de la OTAN no son jurídicamente vinculantes. Es decir, no son leyes. No hay sanciones ni castigos para los países que no cumple. Son compromisos políticos, con plazos largos y sin consecuencias inmediatas.
¿Un ejemplo? Miremos atrás
En 2014, en la cumbre de laOTAN celebrada en Gales, los países aliados se comprometieron en aumentar progresivamente el gasto militar hasta alcanzar el 2% del PIB en 2024. Firmaron líderes como Mariano Rajoy por España y Barack Obama por Estados Unidos. Hoy, ninguno de ellos sigue en el cargo.
¿Y qué paso en 2024? Que ocho países no cumplieron ese objetivo. Estos fueron: Croacia (1,81%), Portugal (1,55%), Italia (1,49%), Canadá (1,37%), Bélgica (1,30%), Luxemburgo (1,29%), Eslovenia (1,29%) y España (1,28%).
Y aquí viene la parte clave: no pasó absolutamente nada. No hubo sanciones, ni advertencias formales, ni consecuencias económicas. Los compromisos quedaron, en la práctica, como una declaración de intenciones. Una promesa que muchos no cumplieron y que nadie exigió.
¿Y ahora qué pasa con el nuevo 5%?
En la última cumbre de la OTAN, los países han subido la apuesta: llegar al 5% del PIB en defensa para 2035. Pero el presidente Pedro Sánchez ya ha dicho que España no puede asumir ese coste, que supondría unos 350.000 millones de euros adicionales en los próximos diez años. Según él, ese nivel de gasto no sería compatible con el Estado de bienestar ni con las prioridades sociales del país.
Aun así, Sánchez ha defendido que en 2025 sí se alcanzará el 2%, con lo que España estaría, por fin, cumpliendo aquel viejo compromiso de 2014. Aun un año de retraso, pero cumpliendo.
Pero… ¿Qué cambia ahora?
Lo que antes era una falta sin consecuencias, ahora podría empezar a tenerlas. ¿Por qué? Porque Donald Trump —que ya impuso una visión más dura y mercantilista de la OTAN en su primer mandato— está la Casa Blanca. Y él ya ha dicho que no piensa proteger a países que, según él, "no pagan lo que deben".
No hay sanciones formales en la OTAN, pero sí presión política, diplomática y estratégica. Y si Estados Unidos —el principal sostén militar de la Alianza— empieza a señalar a quienes no cumplen, las cosas pueden ponerse feas.
Así que, aunque legalmente no pase nada, el mensaje está claro: la OTAN ya no es solo un pacto militar, también es un club con reglas… y quien no paga, se arriesga a quedarse fuera del paraguas.