Brasil contra Bolsonaro

Dentro del "juicio del siglo": 12 horas de tensión, discusiones y pruebas de cómo Bolsonaro quería asesinar a Lula

Los detalles Más de 1.000 personas pudieron asistir a la sala y seguir en directo las discusiones de los jueces, los documentos secretos y los mensajes que mostraban cómo Bolsonaro supuestamente planeaba matar a Lula y al juez Alexandre de Moraes.

Dentro del "juicio del siglo": 12 horas de tensión, discusiones y pruebas de cómo Bolsonaro quería asesinar a Lula

Durante días, Brasil ha podido seguir en tiempo real el juicio contra el expresidente Jair Bolsonaro, con sesiones de hasta 12 horas retransmitidas por televisión, radio y YouTube. Lo que algunos llaman "el juicio del siglo" se ha convertido en un espectáculo judicial nunca visto, donde cada deliberación y cada prueba se ha hecho pública.

Lo que más ha sorprendido es la crudeza de las pruebas. Entre documentos impresos y mensajes mostrados en la sala, quedó al descubierto un plan llamado 'Puñal verde y amarillo', en el que Bolsonaro supuestamente planeaba asesinar al presidente Lula, a su vicepresidente y al juez Alexandre de Moraes, responsable de instruir el caso. En esos papeles incluso se debatía cómo matarlo: a tiros o con veneno.

El propio Moraes relató ante la sala los mensajes que mostraban cómo se planeaba secuestrarlo y matarlo, hasta que uno de los militares implicados decidió abortar la operación. La tensión era palpable incluso para los espectadores en casa.

El tribunal está compuesto por cuatro jueces: tres de ellos han declarado culpable a Bolsonaro. Solo el juez Fux votó por la absolución, argumentando que no había pruebas suficientes de culpabilidad, aunque reconoció la existencia de documentos sobre un posible golpe de Estado. Su explicación duró 12 horas, mientras que otros jueces, como la única mujer de la sala, presentaron informes de casi 400 páginas para fundamentar su veredicto de culpabilidad.

El juicio no ha sido solo un evento televisado: 1.200 personas pudieron asistir en directo a la sala, aunque más de 3.000 se habían inscrito para verlo en directo. Desde debates internos sobre los años de condena de los militares hasta la lectura de cada prueba, todo se mostró con una transparencia inédita.

Ver el juicio en directo ha permitido a Brasil presenciar no solo la gravedad del caso, sino también cómo funciona la justicia en tiempo real, con pausas, discusiones y decisiones que marcarán la historia política del país.