La lógica que no cuadra

Cuando la vida se convierte en un acertijo hasta en el Supremo: paradojas que parecen imposibles de resolver

¿Por qué es importante? El juicio del fiscal general del Estado demuestra que incluso la máxima autoridad judicial puede verse atrapada en contradicciones. Conocer estas paradojas nos ayuda a comprender por qué la justicia y la política a veces parecen imposibles de entender y resolver.

Cuando la vida se convierte en un acertijo hasta en el Supremo: paradojas que parecen imposibles de resolver Cuando la vida se convierte en un acertijo hasta en el Supremo: paradojas que parecen imposibles de resolver Pixabay

El juicio del fiscal General del Estado en el Supremo se ha convertido en un auténtico rompecabezas: nada es lo que parece y cada decisión parece contradecirse a sí misma. Para entenderlo, podemos pensar en las paradojas: situaciones en las que lo que debería ser verdad resulta falso… y lo que debería ser falso, resulta verdad.

Un ejemplo clásico: un juez le dice a un prisionero: "Si dices una mentira, te ahorcaré. Y si dices la verdad, te fusilaré." El prisionero responde: "Me ahorcarás." El juez queda atrapado: si lo ahorca, el prisionero estaba diciendo la verdad; si lo fusila, estaba mintiendo. Ninguna opción funciona… y el prisionero se salva.

En el Supremo, a veces pasa algo parecido: se protege a quien mintió mientras se busca condenar a quien dijo la verdad. Las reglas de la lógica parecen torcerse, y lo que debería ser sencillo se vuelve imposible de descifrar. Por eso, mirar estas paradojas nos ayuda a entender un poco mejor cómo funcionan la justicia y la política cuando todo se complica.

Paradojas clásicas que nos hacen pensar

  • El mentiroso: "Esta frase es falsa". Si es verdadera, entonces es falsa. Si es falsa, entonces es verdadera. Es imposible decidir si es verdadera o falsa, porque se contradice a sí misma.
  • El barbero imposible: en un pueblo, un barbero afeita a todos los hombres que no se afeitan a sí mismos. La pregunta es: ¿quién afeita al barbero? Si lo afeita él mismo: rompe la regla. Si no lo afeita: también rompe la regla. Resultado: no hay solución posible.
  • Paradojas del tiempo: viajar al pasado y evitar que tu abuelo conozca a tu abuela… ¿cómo podrías haber nacido para hacerlo? O enviar un mensaje para evitar un peligro… que si lo evitas, ¿para qué lo enviaste?

Paradojas matemáticas y físicas

  • Aquiles y la tortuga (Zenón): Aquiles da ventaja a la tortuga en una carrera. Cada vez que él llega al lugar donde estaba la tortuga, ésta ha avanzado un poco más. Según la lógica de Zenón, nunca la alcanzará, aunque en la práctica sí lo hace. La paradoja muestra los límites de pensar en infinitos pasos.
  • Hotel infinito (Hilbert): un hotel con infinitas habitaciones está lleno. Llega un huésped más: basta con mover a cada persona a la siguiente habitación. Siempre hay espacio, incluso si el hotel está completo. Es una forma de ilustrar cómo funciona el infinito.
  • Paradoja de Berry: "El número entero más pequeño que no puede describirse en menos de veinte palabras". Al intentar describirlo en menos de 20 palabras… ya lo hemos definido. Contradicción total.

Paradojas de la vida cotidiana y la sociedad

  • Demasiadas opciones: cuantas más alternativas tenemos, más difícil decidir y menos satisfechos nos sentimos, aunque la elección final sea buena.
  • Tolerancia extrema: una sociedad completamente tolerante debe aceptar a los intolerantes, pero al hacerlo, puede destruir la propia tolerancia.
  • Secretos y confianza: guardar un secreto puede proteger a alguien, pero si todos saben que existe un secreto, la confianza puede romperse.
  • Teléfonos y mensajes: llamas para que alguien te devuelva la llamada… y solo lo hace cuando dejas de insistir. Dar un consejo para evitar errores… y que se vuelva viral generando más problemas.
  • Posponer tareas: Intentas ahorrar tiempo dejando algo para más tarde… y al final gastas más.

Las paradojas nos enseñan que la vida, la justicia, la política e incluso la rutina diaria no siempre son lineales. Algunas nos hacen reír, otras pensar profundamente, y algunas simplemente muestran que no siempre hay una salida clara. Como el prisionero que se salva gracias a su propia lógica, a veces aceptar la paradoja es la mejor estrategia.

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