La investigación sobre las amenazas de muerte a Pablo Iglesias, María Gámez y Fernando Grande-Marlaska apunta a un único origen de las tres cartas dirigidas a cada uno de ellos. laSexta Clave repasa las pistas que manejan los investigadores y que podrían conducir a su autor o autores.
1. Las balas. En total, los sobres contenían siete balas: cuatro para Iglesias, dos para el ministro del Interior y una para la directora de la Guardia Civil. Los proyectiles en cuestión son del calibre 7,62, que está en desuso y se usaba para el fusil Cetme, que ya no emplean las Fuerzas de Seguridad, salvo algunos equipos de élite. Sin embargo, son muy fáciles de conseguir, incluso por Internet, pero muy difíciles de rastrear: no llevan código, no han sido disparadas y se fabricaron a millones.
2. El matasellos es clave para saber desde dónde fueron enviadas las misivas amenazantes. Conocer si se enviaron desde un buzón o una oficina de Correos permitiría comprobar las cámaras de seguridad cercanas y posiblemente descubrir quién las envió. Se sabe que las tres cartas se enviaron en cuestión de menos de 24 horas, porque llegaron en ese tiempo.
3. El sobre y el papel. En ellos podría haber huellas dactilares, fibras o restos orgánicos que conduzcan al responsable. Además, la dirección que aparece en los sobres dirigidos a Iglesias y Marlaska es la del Ministerio del Interior y la tercera, la de la Dirección General de la Guardia Civil en Madrid, lo que podría sugerir que quien los envió no conocía la dirección de los domicilios particulares de sus destinatarios. En cualquier caso, los sobres nunca llegaron a ellos directamente: hicieron saltar las alarmas al pasar los controles de seguridad y nunca llegaron a entregarse al destinatario final.
4. El texto está escrito con un molde, presumiblemente para evitar que un perito caligráfico pudiera identificar de quién es la letra. Sin embargo, también es relevante el lenguaje: en las cartas a Marlaska y Gámez aparece la palabra "taponazos", que en jerga policial significa disparos, lo que podría apuntar a alguien próximo al cuerpo.
5. Redes sociales. Los investigadores de la Policía Nacional y la Guardia Civil también están rastreando las redes sociales para comprobar si en esos días alguien lanzó mensajes similares a los contenidos de las cartas.
¿Qué puede pasarle al autor una vez sea descubierto? Podría tener una pena de prisión por amenazas con condiciones (en el caso de las amenazas a Gámez y Marlaska, a quienes se instaba a dimitir), de seis meses a tres años de cárcel, y seis meses a dos años por las amenazas sin condiciones a Iglesias. Además, le ley prevé una multa económica por amenazar "gravemente" al Gobierno, que podría ser de aplicación en el caso del ministro Marlaska, al ser miembro del Ejecutivo.
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