50 años del 20-N
Entre banderas gigantes, rifles escondidos y miedo en cada esquina: así vivió Madrid el día que murió Franco
Los detalles Parecía un funeral solemne, pero la ciudad estaba blindada. Tras cada bandera, los servicios secretos vigilaban posibles francotiradores y los madrileños caminaban con tensión, sabiendo que España estaba a punto de cambiar para siempre.

Hace exactamente medio siglo, Madrid amaneció cubierta de enormes banderas para el funeral de Francisco Franco. A primera vista, uno podía pensar que estaban ahí para darle solemnidad al día, para engalanar la ciudad ante un momento histórico. Pero la verdad era mucho más inquietante: estaban ahí por miedo.
Miedo a un nuevo magnicidio. Apenas dos años antes, el presidente del Gobierno, Carrero Blanco, había sido asesinado por ETA en un atentado que dejó a España conmocionada. Y aquella amenaza todavía flotaba en el aire. Los servicios secretos del régimen tenían información concreta: un etarra estaba en Madrid y, en un hotel de Plaza de España, por donde pasaría el cortejo, se había detectado un rifle con mirilla telescópica.
Las banderas, enormes y vistosas, no eran solo decorativas: tapaban la vista a posibles francotiradores. Madrid estaba blindada con tela y miedo. Y ese miedo no se limitaba a los políticos: se sentía en todos los rincones de la ciudad, en cada paso del cortejo fúnebre, en cada mirada de los que sabían que España estaba a punto de dar un giro histórico.
Ese día también dejó imágenes que todos recuerdan, como el mítico teletipo de tres palabras: "Franco ha muerto". Lo redactó en exclusiva Marcelino Arrosagaray, jefe de redacción de Europa Press. Pero no fue tan fácil enviarlo: un compañero teletipista se quedó paralizado ante la responsabilidad de pulsar el botón. Arrosagaray tuvo que zarandearlo literalmente para que España conociera la noticia. El teletipo salió a las 4:58 de la madrugada del 20 de noviembre de 1975.
Aunque, según Antonio Piga, el médico que embalsamó al dictador, Franco había muerto realmente el 19 de noviembre. El retraso no fue casual: el régimen necesitaba controlarlo todo, incluso la sucesión. El nombramiento del príncipe Juan Carlos como capitán general de los Ejércitos se hizo efectivo exactamente a la misma hora en que se anunció la muerte de Franco. Todo estaba calculado.
Mañana, laSexta Columna publicará un segundo especial por el 50 aniversario de la muerte de Franco, con historias inéditas de quienes vivieron esos momentos y con detalles que ayudan a entender por qué Madrid aquel día estaba tan cubierta… no solo de banderas, sino de miedo.
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