En Finlandia, hace meses que gobiernan juntas la derecha y la extrema derecha. Ahora acaba de aparecer la prueba de que la número dos del Gobierno es extremadamente racista, después de descubrirse unos mensajes suyos llamando a "golpear a niños negros" y a "escupir a mendigos". A los musulmanes los llamaba "penes de moka" y se refería a los migrantes de Turquía como "monos turcos". Llegó a afirmar que, si le dieran un arma, "habría cadáveres incluso en el tren de cercanías". Los comentarios los escribió hace 15 años bajo un seudónimo en un blog de extrema derecha. Primero dijo que no era ella, pero ahora ha pedido perdón. Eso sí, no ha dejado el cargo de viceprimera ministra del Gobierno.

Rikka Purra es una mujer con un odio visceral a los inmigrantes: culpa de su racismo a unos refugiados que, dice, las seguían a ella y a sus compañeras de clase al salir del instituto en los 90. Desde entonces, cree que solo deberían entrar a Finlandia desde fuera de la Unión Europea personas con alta formación y sueldos superiores a los 3.000 euros mensuales. Quiere fronteras rígidas porque considera que, sin ellas, Finlandia y los finlandeses están en riesgo.

Estudió Ciencias Políticas, y también medioambientales, porque el cambio climático le obsesionaba en la universidad. De hecho, era votante de los verdes, por lo que sorprende que ahora su partido, lleno de negacionistas, quiera que Finlandia retrase hasta 2050 su objetivo de reducir a cero su huella de carbono.

También fue la vicepresidente finlandesa votante de los socialdemócratas. Su giro a la ultraderecha llega en 2005, precisamente cuando empezó a seguir el blog del que ahora se han filtrado los comentarios racistas. Allí comenzó a tener charlas virtuales con otros ultraderechistas, algunos de los cuales acabarían siendo sus compañeros de partido.

Diez años después de este despertar extremista en su interior, empezó a trabajar para el Partidos de los Finladeses, precisamente haciendo informes contra la inmigración. En 2019, fue elegida diputada por primera vez, y dos años después se hizo con el liderazgo de su partido. Hace menos de un mes se convirtió en vicepresidenta y ministra de Finanzas.

Un ejemplo de su partido racista

Pero la Vicepresidenta no es la única del Gobierno con pensamientos ultras, hay otros seis ministros como ella. El ministro de Asuntos Económicos dimitió diez días después de ser nombrado por sus vínculos con organizaciones neonazis. La ministra de Sanidad cree que las mujeres deberían ocuparse de sus hijos, sus maridos y de temas domésticos. El titular de Comercio Exterior está condenado por sus constantes difamaciones en redes. La de Interior recupera el concepto de 'raza Aria': cree que pronto los finlandeses dejarán de tener los ojos azules por culpa de la inmigración. La ministra de Justicia es una apasionada de las armas y cree que todo el mundo debería poder disparar, y la ministra de Transportes es abiertamente negacionista del cambio climático.