La Comunidad de Madrid despliega un arsenal de medidas, desde la caza temprana de fugas hasta campañas de concienciación ciudadana, logrando recortar el consumo de agua en más del 30%. Es importante mantener una red saneada y eficaz para dejar a la región por debajo de la media nacional en pérdidas.

En Murcia, el agua es moneda de cambio económico, especialmente en la agricultura. La región invierte más de 500 millones de euros en modernizar sus sistemas de depuración, convirtiéndose en líder europeo con una tasa de reutilización que supera las expectativas. Moratalla, una estación a la vanguardia, transforma el agua regenerada en oro líquido sin patógenos ni contaminantes.

La Rioja, por ahora privilegiada, implementa planes preventivos de emergencia para abastecimientos mayores a 20.000 habitantes; con cuatro fases que van desde la detección de fugas hasta sanciones y cortes de agua, buscan asegurar un oasis en medio del desierto de la sequía.

Ante pérdidas en la agricultura, Castilla y León despliega préstamos y ayudas directas para compensar. Mientras tanto, Castilla-La Mancha, con menos competencias, refuerza infraestructuras y apoya a los ayuntamientos con obras de emergencia. La guerra contra la sed tiene muchas caras, pero todas buscan una victoria común: el agua.