Tras una Navidad atípica con temperaturas más elevadas de lo habitual el invierno vuelve al frío. Estos días se puede ver en algunos puntos de la Península algo que puede parecer nieve sobre los árboles, coches u otras superficies, pero se trata de otro fenómeno.
No hablamos ni de heladas, ni escarchas, sino de la cencellada que se forma cuando las gotículas de niebla forman peines de hielo e increíbles formas (como plumas o agujas) sobre las superficies. Para ello es necesario que las temperaturas sean bajas, que haya viento y que se forme niebla.
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La cencellada cubre las superficies con capas que parecen nieve, heladas o escarcha pero no lo son porque no se trata de una precipitación, sino de gotículas que están en suspensión y se hielan sobre las superficies.