Juan José Carrasco, psiquiatra forense, fue quien atendió al agresor del Hospital de Alcorcón, que intentó asesinar a una paciente, cuando cometió un crimen en el Hospital Clínico en 1997. Entonces, Carrasco afirma que él mismo le aseguró que no estaba cumpliendo su misión, ayudar a los pacientes a morir sin dolor.

El arrestado, que trabajaba para el servicio de lavandería del centro, ya cometió dos asesinatos en el pasado, pero aun así no se encontraba en prisión. Las razones, según el sanitario, son que "había cumplido las medidas de seguridad impuestas por el tribunal. A los 20 años la justicia no tiene ningún control, pasa a ser un enfermo en la sociedad", ha destacado el psiquiatra en Expediente Marlasca.

El agresor padece esquizofrenia, y según ha afirmado el experto, "desde que los psiquiátricos desaparecieron, los enfermos pasaron a la sociedad, y muchos se quedaron en un espacio marginal", por lo que esto puede hacer que se conviertan en víctimas.

Carrasco ha reconocido que desde el año 1997 no había vuelto a saber nada más del acusado, aunque recientemente ha conocido que hace pocos meses tuvo un intento de suicidio, e ingresó en la sección de psiquiatría del hospital en el que trabaja.

"La tentativa de suicidio era una señal", ha sentenciado el experto, que ha asegurado que "estaba claro que se estaba desestabilizando". Tal y como ha recordado Carrasco, en el año 1997 el acusado ya le alertó: "Me dijo 'he pensado en suicidarme, porque no estoy cumpliendo con mi misión'. Era el caso de una mente muy enferma".

Hoy en día solo existen dos psiquiátricos penitenciarios, el de Sevilla y el de Fontcalent, por ello, Manu Marlasca ha querido saber qué se hace con las personas que, víctimas de una enfermedad mental, comenten un delito grave.

"En las prisiones normales no hay unidades de psiquiatría, únicamente la enfermería, que es donde están todos los enfermos, que componen un 60% de ellos", ha recalcado.

Por eso, "durante un tiempo limitado", los enfermos mentales acuden a "hospitales psiquiátricos, y después, pasan a la sociedad": "Muchos de ellos a la marginación social, otros semimarginados y otros con las familias". "Las madres son víctimas de los esquizofrénicos, porque después de sus consejos viene la violencia", ha sentenciado.