Al preguntar si la espirulina es un superalimento, José Miguel Mulet, biólogo molecular, responde que "es hasta generoso considerarlo alimento porque no es algo que la gente compre en los supermercados o en los mercados, sino que se vende en tiendas especializadas en pastillas o en forma de suplemento".

"Normalmente la cantidad que se recomienda comer en una pastilla o una dosis son alrededor de tres gramos. Pero estos tres gramos de espirulina, la cantidad de proteína, de hidratos de carbono, de minerales y de nutrientes que te aportan es ridícula", indica José Miguel Mulet.

En los últimos seis años, los términos 'superfood', 'superfruta' y 'supersemilla' se han multiplicado por 200. La industria calcula que un 27% de los españoles va a empezar a consumirlos. Sin embargo, en lo referente a la normativa para etiquetar los superalimentos, José María Ferrer, experto en regulación alimentaria afirma que se encuentra en "una zona gris, no se da definido desde un punto de vista legal".

Equipo de Investigación se desplaza hasta la zona de superalimentos de un supermercado. Al coger unas tortitas, se puede ver que se destaca la presencia de chia, de quinoa y de una serie de cereales. Sin embargo, no hay una cantidad mínima de superalimentos que debería contener para ponerlo en el etiquetado ya que, según cuenta José María Ferrer, "es una cuestión que no está regulada".

En el caso de unos yogures, vemos que se está destacando la presencia de quinoa y semillas de calabaza, pero la realidad es que lo que contiene de quinoa es un 0,9%. No llega al 1% y, sin embargo, se destaca en el etiquetado. Contiene la misma cantidad de quinoa que de trigo, pero lo que vende es el superalimento.

Y lo mismo ocurre con una ensalada en la que, en realidad, el único superalimento reconocible por el público son unas pocas hojas de kale. Todos estos ejemplos demuestran que no porque en el etiquetado del producto ponga 'superalimento' quiere decir que lo sea y que las empresas lo ponen así porque saben que es lo que vende.