300 pisos en toda la ciudad forman una fortuna inmobiliaria que gestiona una fundación privada, porque sus dueños son ancianos con Alzheimer. Todos han pasado por estos juzgados para que un juez les incapacite. Convierte a enfermos graves de Alzheimer en menores de edad a ojos de la ley y elige al tutor que se hará cargo de ellos y de sus propiedades.

La vista es a puerta cerrada. Ni siquiera está presente la anciana que va a ser incapacitada. Sólo su familia. Quieren que un familiar se encargue, pero la fiscal ha propuesto otros planes a la juez: nombrar a la Fundación AFAL como tutor provisional en colaboración con la familia.

En 25 minutos, la familia acaba de perder el control sobre los bienes de su madre en favor de la fundación AFAL, que ha conseguido gestionar a la vez 118 patrimonios inmobiliarios de enfermos de Alzheimer.

Cuando se juntan los familiares de los 20 ancianos, se dan cuenta de que todos sus casos se parecen. Acusan a la fundación de quedarse con la tutela de los ancianos para quitarles su patrimonio: un total de 3.000 millones de euros.

Buscamos la fundación acusada de robar a enfermos de Alzheimer. Su presidenta, Blanca Clavijo podría ser el cerebro de todos los planes de AFAL junto a su número dos. Según la investigación, en siete años de trabajo con enfermos, la fundación multiplica por 300 su patrimonio.

Las sospechas de que AFAL se queda con el patrimonio de los enfermos de Alzheimer llegan a la Fiscalía Anticorrupción. Se les acusa de apropiación indebida, estafa y falsedad documental.