Un botín desprotegido y en plena calle es el objetivo de cientos de ladrones. Se roba a plena luz del día, metiendo todo el cuerpo en el contenedor. Tres personas ya han muerto atrapadas, pero la ropa de segunda mano es tan valiosa que a los ladrones les compensa el riesgo.

Los contenedores son la base de un negocio de millones de euros. Buscamos el lugar donde trabajan con la mayoría de la ropa de segunda mano que no se vende en tiendas, Cocentaina, la capital europea de la ropa usada. En 50 kilómetros hay siete polígonos industriales, y en todos hay plantas procesadoras de ropa usada.

La mayoría de las naves no tiene ningún cartel que sugiera a qué se dedican. Trabajan a puerta cerrada y apenas encontramos camiones que indiquen la mercancía que transportan. Queremos conocer cómo funciona aquí el mercado de la ropa solidaria.

Nadie quiere que hablemos del enorme negocio de la ropa usada: temen perder uno de los pocos negocios que resiste a la crisis. Queremos saber por qué nadie quiere hablar en unas empresas que contribuyen a que el Producto Interior Bruto de esta comarca sea superior al de la media española.

El alcalde media para que nos abran las puertas del almacén que más ropa exporta de toda España. Es el más industrializado, el más moderno, el que más ha invertido en el negocio. Por primera vez una cámara de televisión entra en sus instalaciones.