Los militares sublevados reclutan a jóvenes como Pau Ricomà para tomar puntos clave del país. El hombre, que accede a hablar con Equipo de Investigación, tenía en ese momento 22 años: "Yo fui protagonista involuntario, como tantos soldados de reemplazo que vivimos una situación que evidentemente ni creíamos, ni preveíamos".

Ricomà relata que en 1981 estaba "haciendo el servicio militar en la División Acorazada Brunete" y que, precisamente, fue "ahí donde se gestó, en gran parte, el golpe de Estado". "Yo en aquel momento estaba esperando para hacer un servicio de escoltas y acompañar a unos oficiales, como hacía otras veces, a su casa, y se retrasó el turno. Los oficiales no salían, y no sabíamos por qué, y entonces oímos en directo que había un golpe de Estado", recuerda.

En ese momento, se les "formó" y les dijeron que "España estaba en peligro". "Automáticamente, me dijeron que en la cantina había barra libre y, mientras tanto, se organizaron la salida de dos Range Rovers para tomar unos puntos estratégicos", expresa el hombre, a lo que añade que "el primero salió y se fue a tomar la emisora de radio".